La OCDE denuncia que Europa no integra a los hijos de emigrantes
Los sistemas educativos de la mayoría de los países europeos no están facilitando la integración de los hijos de los emigrantes, señala un informe presentado ayer en Bruselas por la OCDE. El organismo internacional advierte que la marginación educativa no permite a Europa aprovechar el potencial de esas capas de juventud y se traduce a la larga en exclusión y riesgo de pobreza para la segunda generación de los inmigrantes.
Bajo el título Where Inmigran Students Succeed, 'el informe analiza por primera vez no lo que se está haciendo en términos de integración en los sistemas educativos, sino lo que se está consiguiendo', señaló durante la presentación Andreas Schleicher, director del programa PISA (Programme for International Student Assessment) de la OCDE.
El estudio, llevado a cabo en 14 países de la OCDE (entre los que no figura España), concluye que 'mientras que los estudiantes inmigrantes muestran generalmente un interés por aprender mayor que el de los nativos, sus resultados suelen ser inferiores'. La diferencia es especialmente marcada en Alemania, Austria, Bélgica, Dinamarca, Francia y Suiza. Las dos comunidades obtienen resultados muy similares en Australia, Canadá y Nueva Zelanda, mientras que EE UU se sitúa a medio camino entre ambas tendencias. La OCDE considera que ni las dificultades lingüísticas, ni el contexto socioeconómico familiar justifican las diferencias que se aprecian en Europa. Y el estudio niega también cualquier vínculo entre la presencia masiva de inmigrantes en un país y los pobres resultados escolares de sus descendientes.
El origen de la exclusión se encuentra, según la OCDE, en que algunos sistemas orientan desde el principio a los hijos de los emigrantes hacia los currículos escolares con menos expectativas de desarrollo académico o laboral. El estigma se agrava, en opinión del organismo, porque se tiende a concentrar a la población escolar en las mismas aulas. 'En casi todos los países, el 25% de los inmigrantes de segunda generación acuden a escuelas donde más del 50% del alumnado es también inmigrante', lamenta la OCDE.
La peligrosa espiral se completa con una difícil integración en el mercado laboral. 'En muchos países, las tasas de paro entre los inmigrantes doblan o triplican las de los nacionales', advierte Schleicher. El informe apuesta sobre todo por afianzar, en las primeras etapas, el conocimiento del idioma del país de residencia.