Corea del Sur limita con barreras no arancelarias las exportaciones españolas
El renqueante estado de salud del comercio exterior español no se debe únicamente a la pérdida de competitividad. En un país tan avanzado como Corea del Sur, decimocuarta potencia económica mundial, se siguen utilizando barreras no arancelarias para los productos extranjeros. El embajador de España en ese país, Delfín Colomé, explicó ayer que esas trabas limitan las posibilidades de exportación: 'Se puede dar el caso de que un cargamento de jamón llegue a puerto y sea rechazado con argumentos sanitarios no reglados'. Colomé, que participó en un coloquio con el Club de Exportadores e Inversores, pidió implicación de la UE para poner fin a estas situaciones y lograr un marco comercial predecible. En vista de la situación de impasse por la que atraviesa la negociación de la Ronda de Doha de la Organización Mundial del Comercio, la solución podría pasar por un acuerdo bilateral con Seúl.
La tasa de cobertura de España frente a Corea del Sur apenas supera el 10%. A diferencia de algunos países emergentes, las importaciones tienen, en muchas ocasiones, alto valor añadido (automóviles, televisores de plasma, equipos electrónicos), lo que eleva el valor monetario.
En cuanto a la inversión, el sistema de chaeboles dificulta enormemente la entrada en el país si no es a través de uno de los gigantes locales (Hyundai, Daewoo, Samsung, LG...). Los chaeboles, conglomerados industriales que extienden su influencia desde la economía hasta la política, se encuentran en un momento de crisis tras el suicidio del dueño de Samsung o el encarcelamiento del de Hyundai.
Por eso, pese a las barreras de entrada, Colomé cree que el país acabará por abrirse totalmente, por lo que invita a los inversores y exportadores españoles a posicionarse. 'No hay que olvidar que, a diferencia de China, Corea del Sur es una democracia, con instituciones estables y seguridad jurídica', señala.
Los sectores más interesantes, según Colomé, son el agroalimentario (donde el aceite de oliva ya cuenta con fuerte implantación, a diferencia del vino de calidad); los bienes de equipo; la industria naval y de defensa, los equipamientos relacionados con la salud, el ocio y las energías renovables.