Cocina vasca a pie de 'green'
A Cristina Goicolea siempre le ha apasionado la gastronomía y lo que empezó como mera afición -creó la primera sociedad gastronómica en Bilbao que admitía mujeres- se acabó convirtiendo en su modo de vida. Dejó su trabajo en un banco, montó una distribuidora de delicatessen y luego el restaurante El Refor, en Amurrio (Álava), con el que lleva diez años.
Su salto a la restauración capitalina llegó con el Club Allard -cerrado hace un año-, y ahora se ha instalado en el Centro Nacional del Golf de Madrid, un nuevo campo público en las inmediaciones del barrio de Mirasierra, para hacerse cargo del establecimiento que lleva su nombre, Goicolea (Gabriela Mistral, s.n. Tel.: 91 386 77 32).
Superados los inconvenientes del acceso -no está muy bien señalizado- y una vez dentro del club, una anodina puerta gris da paso al restaurante, que se divide con biombos de una cafetería donde comer o tapear de manera informal. A la derecha, el comedor, con grandes cristaleras que miran directamente al campo y a un pequeño lago. Tranquilidad absoluta, luz a raudales y una atmósfera cálida, con mesas amplias y separadas.
Como argumentos culinarios, una cocina bastante bien resuelta, de productos cuidados y claras raíces vascas con toques actuales. La modernidad se deja ver en las presentaciones, los puntos de cocción y el equilibrio en las combinaciones. Están estupendos los trigueros a la parrilla con vinagreta de foie, muy sabroso el huevo con pan y panceta sobre crema de patata, y original la torrija de foie con hongos (un pan empapado en jugo de la víscera). De sabor contundente, quizás excesivo, la morcilla crocante de León (recubierta de arroz inflado) y correcto el punto del bacalao al pil-pil, en el que la salsa, muy ligera, se asemeja a una mayonesa. Pescados y carnes se tratan de manera tradicional. Los postres resultan menos interesantes y la bodega es correcta. Precio medio: de 40 a 45 euros sin vinos.