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Secretos de despacho

Sobriedad notable en Alcampo

Al principio se resiste a que el fotógrafo le retrate en su despacho. Dice que está desordenado. Nada más alejado de la realidad. El espacio en el que trabaja Patrick Coignard, parisino de 51 años, director general de Alcampo en España, es un lugar luminoso, sobrio y funcional, ubicado en el centro comercial de La Vaguada en Madrid. Asegura que no es maniático del orden, pero que le gusta que todo esté en su sitio. Lo que sí tiene son prioridades.

Por ejemplo, algo que le ocupa su primer tiempo en la agenda diaria son las cifras de ventas. Incluso los fines de semana se afana en este menester. 'Veo las ventas de todos nuestros centros cada día. Es algo de lo que me ocupo personalmente', afirma Coignard. La segunda tarea es saludar a quienes trabajan en los otros despachos. 'Me gusta estar en contacto directo con el resto del equipo, y es bueno tener una relación cotidiana relajada'.

Se considera un ejecutivo bastante independiente en cuanto a estilo de dirección 'y de pensamiento'. Y asegura que 'la vida es demasiado breve como para preocuparse de las personas que te ponen trabas'. Su máxima es no perder el tiempo. 'Lo que puedas hacer hoy no hay que dejarlo para otro momento porque igual no lo puedes hacer con la misma intensidad y relevancia que en el momento en que se piensa la idea'.

'Soy de los que predican con el ejemplo y me gusta repartir poder. Hay que aceptar que la gente tome sus decisiones'

Si algo valora Patrick Coignard es la 'autenticidad'. En este sentido, aclara que a él no le pagan por ser 'político ni diplomático, aunque lo fundamental es el respeto a las personas'. æpermil;l se rige por ciertos valores: 'el sentido de la ética, honestidad intelectual, algo que intento practicar. No creo que nadie pueda decir de mí que he sido o soy una persona incoherente'.

Según él, para disfrutar del trabajo en equipo es importante el contrapoder. Otro principio que sigue a rajatabla es el cumplimiento de la palabra. 'Cuando no puedo darla no la doy, pero no soporto a aquellas personas que no cumplen con lo que dicen. Eso provoca que desaparezca algo que es necesario, la confianza', un valor que considera imprescindible en toda empresa. 'Tienes que confiar en la gente y darles la oportunidad de que se equivoquen. Hay que sacar punta a los errores', añade Patrick Coignard, que invita a todo aquel que no se equivoque 'a que venga a verme'.

El error también incluye a los directivos. 'No existe el jefe infalible, hay que ser humilde para reconocer los méritos de los demás'.

Patrick Coignard lleva trabajando para el grupo Auchan cerca de tres décadas. 'No he seguido los consejos de los consultores que te dicen que conviene cambiar de trabajo cada tres años. Yo he seguido en el mismo, pero haciendo cosas diferentes'. Estudió Empresariales y Derecho en la Universidad de Dauphine en París. Dentro de Auchan ha ocupado distintos puestos de responsabilidad: ha sido jefe de sección, de sector, director adjunto, de hipermercado, de la región parisina, miembro de la dirección general en Francia y del Consejo de vigilancia de Auchan en Estados Unidos. No escatima elogios hacia su compañía. 'Es la mejor empresa para trabajar porque el ambiente y el sistema de trabajo son muy buenos', afirma.

La rotación de Alcampo, añade, es baja porque la estancia media de la plantilla, compuesta por más de 15.000 personas, es de 14 años. 'Necesitamos profesionales apasionados y responsables, que se involucren en los objetivos de la compañía'.

En cuanto a la formación, asegura que dedican más de 250.000 horas al año. Y él mismo emplea cinco o seis jornadas al año a formar directivos del grupo Auchan. 'Soy de los ejecutivos que predican con el ejemplo y me gusta repartir poder. Creo que todo directivo debe aceptar con generosidad que la gente tome sus propias decisiones. Hay que dar responsabilidad a todos'.

Amante de los vinos españoles

Cuando llegó a España en 1997 desconocía uno de los grandes tesoros que escondía la geografía nacional: sus vinos. 'Pensaba que aquí no había tan buenos caldos y los he ido descubriendo poco a poco'. Es por ello que en su despacho, Patrick Coignard tiene un mapa de España, que colgó hace ocho años, en el que tiene marcadas todas las regiones vinícolas.'Es un país con una gran complejidad y dispersión de vinos. Me encantan y con el mapa los tengo muy bien localizados'.En el despacho también tiene una fotografía de la playa de la Concha en San Sebastián. 'Es una ciudad que me apasiona y me trae muy buenos recuerdos'. Entre sus aficiones destaca la lectura, sobre todo de temas históricos, 'con la ayuda de la historia puedes comprender muchos procesos y muchas de las cosas que ocurren en estos momentos'. También le gusta la música clásica y jugar al tenis, al golf y al billar, 'porque éste último es un juego de estrategia'.También disfruta fumando puros habanos y exige, sobre todo para los fumadores, un poco de tolerancia.

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