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Iggnacio Buqueras

'Alguien que trabaja 14 horas seguidas no rinde'

Ha emprendido una batalla contra las jornadas laborales en España y persigue su normalización con los demás países de la Unión Europea. Después de varias obras en las que afea esta conducta española, ha creado un observatorio de los horarios.

Su currículo apabulla. Es economista y doctor en Ciencias de la Información, técnico superior en Relaciones Públicas, empresario, presidente y consejero de varias sociedades, académico numerario de la Real Academia de Doctores de España y presidente de Honor de la Fundación Independiente. A pesar de esta intensa actividad, Ignacio Buqueras (Reus, Tarragona, 63 años) asegura que concilia perfectamente su trabajo y su vida personal.

¿Por qué nace la Comisión Nacional para la Racionalización de los horarios?

Para intentar que todos los ciudadanos tengan una mayor calidad de vida. En estos momentos, mi agenda, debido a la repercusión y a los compromisos mediáticos, está mucho más cargada de lo habitual, pero es un problema que afecta a millones de ciudadanos. Las jornadas de trabajo que tenemos en España son interminables, únicas en Europa. Tenemos que conciliar mejor la vida personal, familiar y laboral. El trabajo debe ser un medio, nunca un fin. Todas nuestras vidas giran demasiado alrededor de la jornada laboral. Debemos tener unas jornadas más productivas porque somos un país que le dedicamos muchas horas al trabajo y no somos competitivos.

'España duerme 50 minutos menos que Europa. Esto tiene incidencia en los accidentes laborales y en la productividad'

'Se celebran demasiadas reuniones y la mayoría no sigue un orden del día ni comienzan puntuales. Se penaliza al puntual'

¿A qué se debe?

A que tenemos una cultura empresarial más de presencia que de eficacia. Se prima estar en el lugar de trabajo más que la productividad. Hay que buscar el trabajo efectivo. Es un título estar 11 horas en el puesto de trabajo, mientras que se podría hacer mucho más en cinco horas de manera concentrada. Todo esto deriva hacia otros temas que también son preocupantes.

¿Por ejemplo?

España duerme 50 minutos menos que la media europea. Si se sale tarde de trabajar, se queda hasta tarde viendo la televisión, si luego hay que fichar a las ocho de la mañana, pero el recorrido desde casa es de más de una hora, pues al final se descansan muy pocas horas. Eso ocurre en las grandes ciudades, y en España hay 19 grandes núcleos. Y no se rinde adecuadamente. Los accidentes laborales también son muchas veces frutos de esa falta de descanso. La incidencia de dormir poco tiene repercusión en accidentes domésticos, de tráfico y laborales y en la baja productividad.

¿Las empresas están concienciadas de que es necesario flexibilizar los horarios?

Cada vez más. La Comisión la componen 87 personas de otras tantas instituciones, entre las que se encuentra el Ministerio de Trabajo, Administraciones Públicas, Cultura y Asuntos Exteriores, ocho comunidades autónomas, UGT y la CEOE.

Sin embargo, José María Cuevas se mostró reacio a la conciliación.

Dentro de la CEOE hay muchas personas y organizaciones, que no todas piensan de igual manera. Cada día hay más empresas preocupadas por este tema. Nosotros tenemos reuniones con directivos de recursos humanos y todos nos ponen de manifiesto que el tema prioritario es el de los horarios. Por parte de la Administración ha habido en el último año un salto cualitativo y cuantitativo. Hemos visitado a todos los grupos parlamentarios y se ha creado una subcomisión para todos los temas relacionados con los horarios.

Su ministro preferido será Jordi Sevilla por lanzar el Plan Concilia para los funcionarios...

Ha roto moldes porque el Plan Concilia va en línea con nuestro planteamiento. Es un hombre que practica el tema de la conciliación. Le hemos felicitado por ello, pero de la misma manera vemos que hay muchos altos cargos de la Administración que no han tomado nota. Si un ministro no se marcha a su casa tampoco lo hace su chófer, ni su secretaria ni su escolta. El problema es que todavía tenemos una cultura de la presencia. Nadie se va de la empresa hasta que no lo ha hecho el gran jefe. Y los jefes deben dar ejemplo. Y los políticos, también. Una persona que trabaja 14 horas seguidas no rinde o no puede sacar leyes buenas. No sabemos darle valor al tiempo.

¿Y eso cómo se consigue?

Hay que ser muy directo, ir al grano en las cosas. Se celebran demasiadas reuniones y la mayoría no sigue un orden del día ni comienzan puntuales. En España estamos acostumbrados a penalizar al que es puntual. Yo siempre lo hago notar.

''En los almuerzos no se hacen negocios'

¿La globalización influye en el desfase de los horarios?Tenemos que tener horarios similares a los de otros países, aunque sea en otros continentes. La sociedad del siglo XXI tiene que tener horarios compatibles. Hay que atender a todos, a los clientes, proveedores y servicios que se prestan en el mundo, pero para eso existe la flexibilidad necesaria. Tiene que haber turnos, pero lo normal es que una persona tenga un margen para entrar a trabajar de entre siete y nueve de la mañana y después se marcha no más allá de las cinco o de las seis de la tarde.¿Muchos profesionales se quejan de los interminables almuerzos de trabajo?Tenemos que recortar ese tiempo también. No se puede emplear más de dos horas y media en una comida. Para almorzar basta con 45 o 60 minutos, es el tiempo suficiente para tomar una dieta sana mediterránea. Comemos más de lo debido y después de una comida pantagruélica no se rinde bien en el trabajo. ¿Pero no se hacen negocios en esos almuerzos?Asisto a ese tipo de almuerzos y no se hacen negocios. Todos somos conscientes de que es necesario separar el trabajo de la relación social. En la mayoría de los almuerzos no se habla de negocios hasta los postres, y se ha perdido mucho tiempo. En el extranjero se hacen negocios y no dedican esas horas al trabajo. Los almuerzos de los jefes suelen afectar al resto del personal y no deberían. Hay millones de personas infrautilizadas por las comidas de negocio. Es un problema de organización y de vicios.¿Usted como empresario puede conciliar su vida personal con la laboral?Yo madrugo. Me levanto a las seis de la mañana y a las siete estoy en mi despacho. El personal llega sobre las ocho y yo a esa hora ya tengo distribuida mi agenda. Mi jornada, en estos momentos, depende de muchas circunstancias; no es un ejemplo a seguir porque tengo numerosas actividades relacionadas con las presentaciones que estamos haciendo para conseguir una mejora de los horarios, que son muy machistas. Sólo son cómodos para los hombres.

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