EE UU debate un fuerte endurecimiento de la ley de inmigración
El presidente de EE UU, George W. Bush, pidió ayer al Congreso la aprobación de una ley de inmigración que ofrezca más seguridad y que incluya la creación de contingentes de trabajadores temporales. Este programa, que no se presenta como una amnistía, permitiría legalizar, durante algunos años, la situación de muchos de los casi 12 millones de inmigrantes indocumentados en el país.
Al mismo tiempo que Bush hacía ayer esta petición, en el Senado estadounidense un comité debatía a contrarreloj una propuesta de ley en la que se intentaba incluir dicho programa de trabajadores temporales junto con un fuerte endurecimiento de las medidas policiales y judiciales. En concreto, se exigiría a los empresarios comprobar si sus trabajadores tienen permiso de trabajo, algo que ahora se obvia.
El comité tenía hasta la medianoche de ayer para sacar adelante esta propuesta. En diciembre, la Cámara de Representantes ya aprobó otro proyecto de ley en el que sólo se incluyen medidas legales que convierten a la inmigración ilegal en delito.
Esta propuesta de los Representantes, cuya cámara es mayoritariamente republicana, ordena levantar un muro en la frontera con México y criminaliza al inmigrante ilegal y a quienes les ayuden. Las penas previstas incluyen deportación y hasta cinco años de cárcel.
Si bien esta dura propuesta, que forma parte de la que estudiaba ayer el Senado, ha sido fuertemente contestada por los ciudadanos, que se han manifestado en varias ciudades del país. En las protestas también ha participado la iglesia Católica, el partido demócrata y parte del electorado republicano, en concreto los empresarios, que se enfrentan a la parte más conservadora de su partido. Bush, que se ha puesto del lado de los empresarios al pedir el programa de trabajadores temporales, se reúne esta semana con el presidente mexicano Vicente Fox, para hablar de este tema.
Una cuestión de fondo
Si la propuesta del comité del Senado no prospera, Bill Frist, líder de la mayoría republicana, llevará hoy al pleno la ley tal y como fue aprobada por los representantes, sin medidas para legalizar a los inmigrantes que ya viven en EE UU.
La Casa Blanca, que es partidaria de un proyecto más generoso presentado por el demócrata Ed Kennedy y el republicano John McCain, dijo ayer que es pronto para saber si Bush vetara la ley.
Manifestaciones contra la ley en todo el país
Los ciudadanos, especialmente los inmigrantes, han decidido no estar pasivos mientras sube la temperatura política del debate de la inmigración. En las últimas semanas ha habido importantes manifestaciones de apoyo a los inmigrantes y en contra de su criminalización en ciudades como Denver, Fénix y Atlanta. La más importante fue la del sábado en Los Ángeles.Medio millón de personas, sobre todo hispanos, se dieron cita en las calles de esta ciudad, desbordando las previsiones de los convocan tes. Ni siquiera en las manifestaciones contra la guerra de Vietnam se había convocado a tanta gente. Los organizadores prevén hacer otra el 10 de abril.El alcalde de la ciudad, Antonio Villaraigosa, se dirigió a los manifestantes diciendo que EE UU 'no puede criminalizar a trabajadores que contribuyen a la economía de la nación'.