La delicada salud de los ejecutivos españoles
Cefaleas, glucosa y colesterol altos o depresión son algunos trastornos frecuentes entre la alta dirección
Cuando un ejecutivo sufre una cardiopatía isquémica (una lesión del corazón), no sólo su familia, sino también su empresa, deberían comenzar a preocuparse. Una vez superado el primer susto, comienza la sangría económica: diagnosticar la enfermedad tiene un coste aproximado de 2.000 euros, tratarla supondrá 1.500 euros más, las horas laborales perdidas por causa de todo ello ascenderán a 8.000 euros, a lo que deberán sumarse otros 1.000 por problemas psicológicos. En total, la cardiopatía isquémica dejará un balance negativo de 12.500 euros repartidos no sólo entre los bolsillos del ejecutivo, sino también entre los de su empresa.
Los datos forman parte de un estudio sobre el estado de salud del colectivo de alta dirección que fue presentado ayer en Madrid por el doctor Ramón Cacabelos, presidente del Centro de Investigación Biomédica Euroespes. El informe se basa en los análisis realizados a 192 ejecutivos españoles (126 hombres y 66 mujeres) dentro del Programa de Prevención de Riesgo Cerebral (PPRC) que realiza la institución. Sus resultados no son precisamente halagüeños. Así, según el estudio, el 22% de los directivos españoles padece problemas de tipo cerebrovascular, como mareos, vértigos o dolores de cabeza. Además, dos de cada diez tienen un severo exceso de colesterol, mientras un 15% padece cefaleas y un 17% trastornos depresivos. æscaron;nicamente un 7% revela un estado de salud óptimo. 'La carga de responsabilidad, el estrés y la ansiedad son algunos de los factores desencadenantes de estos problemas de salud', señala el informe.
Junto a esos trastornos, los chequeos realizados a los ejecutivos en estos programas de prevención sirven para identificar marcadores de riesgo genético, bioquímico, clínico y tecnológico, que se utilizan para predecir las enfermedades que éstos pueden desarrollar en el futuro. En este sentido, casi la mitad de los individuos analizados presentaba índices de colesterol superiores a los considerados saludables, un 15% superaba la tasa normal de glucosa y un 7% presentaba carencias de ácido fólico (un factor causante del 5% de los casos de Alzheimer). Las pruebas revelaron también que una cuarta parte mostró resultados anormales en los electrocardiogramas y un 15% en el TAC (escáner cerebral).
En muchas ocasiones esas alteraciones anuncian el desarrollo de patologías silenciosas que no muestran síntomas hasta que es demasiado tarde. Es el caso de los accidentes cerebrovasculares o ictus. 'La conducta predictiva es esencial para establecer mecanismos de prevención capaces de retrasar o incluso evitar la aparición de enfermedades', señaló Cacabelos. El presidente de Euroespes reveló que un alto porcentaje de los ejecutivos analizados mostraron daños hepáticos relacionados con la ingesta de alcohol y con una mala alimentación. 'El gran peligro de este colectivo es el alto índice de grasas en sangre, porque es lo que va a dañar sus corazones y sus cerebros', resumió.
¿Cómo prevenir esas patologías? Además de seguir una dieta adecuada, realizar ejercicio físico regular, mantener el equilibrio emocional, racionalizar el trabajo y realizar chequeos rutinarios, Cacabelos insiste en la necesidad de identificar los riesgos genéticos y bioquímicos que permitan prevenir la aparición de enfermedades. El coste de esos programas de prevención de riesgos, en el caso de Euroespes, es de 6.000 euros por ejecutivo y año, e incluyen pruebas analíticas, cerebrales y genéticas a lo largo de una jornada. En ocasiones, apuntan desde el centro, son las propias empresas las que ofrecen la posibilidad de realizar estos chequeos a sus ejecutivos como una forma de retribución o un incentivo. 'Un 65% viene por iniciativa propia, el resto por el estímulo o el obsequio de su empresa'.
Diez grandes problemas de salud
Los resultados del informe presentado ayer por Euroespes permiten señalar diez grandes problemas de salud (de mayor a menor prevalencia) entre el colectivo de alta dirección. El primero de ellos es el exceso de colesterol, seguido de las enfermedades cardiovasculares y las enfermedades cerebrovasculares, que incluyen el riesgo de padecer un ictus a partir de los 60 años. A ellos siguen el exceso de comida y bebida (que daña la función hepática y eleva las transaminasas), los trastornos depresivos y la ansiedad, la hipertensión arterial, los déficit metabólicos (especialmente de ácido fólico y vitamina B12), la hiperglucemia y la diabetes tipo II. El hipertiroidismo y el cáncer cierran la lista de las grandes amenazas. 'Realizar programas de prevención no sólo es fundamental para detectar riesgos y prevenirlos, sino para reducir el coste económico de las enfermedades', explicaba ayer el doctor Ramón Cacabelos. En el caso del ictus, Euroespes cifra los costes totales en 33.500 euros. 'Un programa de prevención cuesta 6.000. El beneficio preventivo es de 27.500 euros', señaló.