Las opas en el mercado energético enturbian la cumbre europea
Las convulsiones que vive el sector energético europeo enturbiaron ayer el arranque de la cumbre comunitaria de primavera, cuyo objetivo es elaborar un plan de integración energética. España se enfrenta a duras críticas por el freno que ha planteado a la opa de Eon sobre Endesa.
Los 25 líderes de la Unión Europea se reunían en Bruselas con el objetivo de fijar 2007 como el año de arranque de un plan de integración de los mercados energéticos europeos. Pero al cierre de esta edición, los primeros ministros seguían reunidos en una cena de trabajo en la que se preveían recriminaciones mutuas por las medidas proteccionistas adoptadas en algunas capitales.
La situación se volvía anoche particularmente embarazosa, porque la encargada de abrir el debate energético no era otra que Angela Merkel. La canciller alemana dejó claro su mensaje poco antes de la cumbre: 'Tenemos que aceptar campeones europeos y no reaccionar con actitudes nacionales'.
La cumbre también se trastocó porque uno de los principales protagonistas, el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, llegó más pendiente del proceso iniciado 24 horas antes con el alto el fuego de ETA que de las tempestuosas opas que hay en marcha en el mercado energético español.
El presidente español gozaba también de protagonismo, probablemente muy a su pesar, en la parte oficial de la agenda comunitaria. Zapatero se enfrentaba anoche a las duras críticas de la Comisión Europea por su beligerancia contra la opa de Eon por Endesa.
El presidente de la CE, José Manuel Barroso, mantiene una retórica inflexible contra las medidas adoptadas por el Gobierno español (sobre todo la reforma de la CNE) para, a su juicio, obstaculizar la opa alemana. El comisario de Economía, Joaquín Almunia, recordó ayer mismo al Gobierno español que para proteger el sector energético 'se pueden alegar razones de seguridad, pero no puede haber discriminación. Eso es sacrosanto'.
La delegación de Zapatero anunciaba su intención de 'hacer pedagogía' para explicar que España es una economía abierta, pero que el sector estratégico presenta características especiales. 'El mercado de la energía no se puede corresponder con el de la libre circulación de capitales', esbozó Fernando Moraleda, secretario general de Comunicación. Una teoría que hasta ahora nunca ha aceptado ni la Comisión ni el Tribunal de Justicia europeo.
El Gobierno también prepara su defensa de la ampliación de competencias de la CNE, que justifica porque 'España y el Reino Unido son los únicos países de la UE donde las empresas de energía no se apoyan en capital público y, por tanto, hace falta un regulador más fuerte que en otros países'.
La opa alemana a Endesa también ha complicado las relaciones entre Madrid y Berlín. Fuentes de delegación española consideraban improbable una reunión bilateral entre Zapatero y Merkel y cifraban las esperanzas de reconciliación en el encuentro que celebrarán a mediados de abril en Berlín.
Así las cosas, no cabía mucho optimismo sobre las conclusiones del Consejo. El borrador inicial reconoce que 'Europa se enfrenta a una serie de retos en el ámbito de la energía', pero aplaza hasta 2007 la respuesta a esos desafíos. 'El Consejo Europeo', afirman las últimas conclusiones, 'insta a la Comisión a preparar un conjunto de actuaciones con un calendario claro, que permitan al Consejo Europeo, en su sesión de primavera de 2007, adoptar un plan de acción que establezca prioridades'.
Los 25 parecen dispuestos a pactar, no obstante, que la Comisión comience a adelantar algunas medidas 'dada la urgencia de los desafíos'. Entre ellas figura el desarrollo de un plan prioritario de interconexión, que puede favorecer a España.
El aislamiento del mercado español (cuya interconexión con los países vecinos apenas llega al 4% del consumo energético) ha sido uno de los argumentos esgrimidos por el Gobierno para justificar su inquietud ante el posible control de Endesa por la alemana Eon.