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Paul Menmuir

'Es importante conservar los equipos'

Tras una década fuera de España, Paul Menmuir, nacido en el condado de Yorkshire (Inglaterra), hace 58 años, ha regresado. Y lo ha hecho otra vez como presidente de la AT Kearney, cargo que ya ejerció durante cinco años, hasta que en 1997 se marchó como director general de la consultora a América Latina. Previamente, trabajó durante 20 años en Price Waterhouse en España, Estados Unidos y Reino Unido. En esta nueva etapa le respalda el apoyo del resto de los socios, que adquirieron la compañía, y le confiaron el cargo que ahora vuelve a estrenar.

Parte de su trayectoria la ha desarrollado en América Latina, ¿qué valoración hace de esa experiencia?

respuesta. Cualquiera que haya trabajado en América Latina habrá vivido una experiencia fenomenal. En la época que me tocó a mí había un gran desarrollo económico. Tuve la suerte de dejar Argentina antes de la crisis económica. Fue algo vibrante. Igual que trabajar en Monterrey o en Brasil. Los empresarios que apuestan por el mercado latinoamericano necesitan coraje y resistencia porque cada cinco o diez años hay una crisis económica en estos países, pero si algo les caracteriza es su persistencia.

'En nuestro sector tratamos con gente relativamente joven y brillante, muy cualificada, que exige un ambiente participativo'

'Veo mi principal labor centrada en la necesidad de crear un marco que genere buen ambiente en la firma. Hay que sentar las bases de la camaradería'

¿Es un destino importante para el desarrollo de una carrera profesional?

Para un español es un destino importante porque muchas empresas españolas están allí, pero para un americano la oportunidad está en otros países como China o la zona de Asia Pacífico. Un país que creo que es muy interesante para cualquier profesional es Brasil, por su poder adquisitivo y su dimensión. En estos momentos, atrae un buen número de inversiones extranjeras y es un destino importante para las grandes multinacionales.

Ahora regresa a España, ¿qué misión le ha encomendado la compañía?

Llevo diez años fuera y el mercado de la consultoría ha madurado en España. Distingue entre diferentes consultores. El sector se ha consolidado, trabajamos para las grandes empresas. Lo bueno es que ya tienen integrados en sus presupuestos el gasto en consultoría. Es un gran salto, que contribuye a evitar la volatilidad del mercado. En 1992, por ejemplo, el mercado era muy inestable. Afortunadamente ahora no vivimos esa inestabilidad. Cuando la economía va mal, nos afecta a todos, pero nos repercute menos si tenemos buenas relaciones con las grandes empresas. Las pequeñas y medianas empresas, cuando las cosas van mal, pueden recortar más en la partida que destinan a consultoría.

¿Cómo se sobrevive a los tiempos duros?

Todos los servicios profesionales son nuevos en cuanto a negocio. Las consultorías, los grandes despachos comenzaron a funcionar en los años ochenta. Casi todos los profesionales han sufrido alguna debacle por no haber sabido gestionar los ciclos de negocio. Firmas con grandes plantillas han tenido que realizar reestructuraciones cuando han llegado malos tiempos. Hay que preocuparse por mantener los equipos y no perderlos cuando las cosas van mal. Vamos aprendiendo, y lo importante es tener memoria y no olvidar la experiencia pasada.

¿El estilo de liderazgo debe ir enfocado a perdurar en el tiempo?

En nuestro sector tratamos con gente relativamente joven y brillante, muy bien cualificada, que exige un ambiente participativo. Si alguien sabe más de un tema debe defenderlo. Nuestro ratio de socios es de uno por cada nueve consultores. En otras compañías, la proporción de un socio por 20 consultores. Eso significa que los socios en AT Kearney arriman el hombro y se involucran en los proyectos. Nuestro estilo de trabajo es muy dinámico, y el de liderazgo es muy participativo. Hay que dejar espacio para que la gente brillante tenga iniciativa.

¿Cómo se define como ejecutivo?

Soy muy exigente, pero trabajo con un grupo de personas que por sus características personales son muy autoexigentes. Hay que dirigir con amplitud. Veo mi labor principal centrada en la necesidad de crear un marco que genere buen ambiente. Es importante para su crecimiento. Hay que sentar las bases de la camaradería, saber facilitar las herramientas para que la gente use su capacidad de innovación. Tengo que empujar para crecer más.

No cree en el ordeno y mando. Acaba de regresar a España como presidente de la consultora en la que ha desempeñado diversos cargos. Ahora los socios le han elegido para que dirija la firma en la Península.

'El consultor es muy ambicioso y autoexigente'

Una de las asignaturas pendientes que tienen los consultores es conseguir equilibrar su vida personal con la profesional?Los consultores son autoexigentes y ambiciosos. Sin embargo, eso está cambiando. La última generación de consultores es mucho más exigente con su tiempo. Desde finales de los años noventa, cuando había una exageración del mercado por reclutar a personas, las firmas se encontraron con que esos profesionales concedían mucha importancia al equilibrio personal. Ese tema va a tener que mejorar. Toda esa normativa europea ha ayudado mucho para que la actividad profesional sea compatible con la vida familiar, sobre todo para la mujer. Las nuevas generaciones no están dispuestas a ser adictas al trabajo. Las firmas buscan gente interesante, con inquietudes personales.¿Le molesta que en España las jornadas laborales sean mucho más largas que en Europa?Al principio, asusta, pero eso es debido, en parte, a los almuerzos de trabajo. No está mal porque hay muy buenos restaurantes, pero se alarga mucho el día. En Inglaterra, a las seis de la tarde no hay ni un alma en la oficina, además allí está muy bien visto decir que se está trabajando desde casa. Muchos viernes, la gente no aparece por la oficina. En España todo eso tiene que cambiar.

¿Ahora ha sido elegido para este cargo por el resto de los socios, qué cree que vieron en usted para que le confiaran este puesto?Creo que la experiencia. Y que estaba disponible. Después de vender la división que teníamos de búsqueda de directivos, a la que yo me había dedicado en los últimos años, había una oportunidad para mí. Siempre he tenido la suerte y la capacidad para adaptarme a otras culturas. Me ha gustado cambiar de puesto y de país.

¿Cuál es la ventaja de trabajar para una multinacional?Se abren muchas oportunidades para trabajar en otros países, suelen ser equipos bastante cosmopolitas, y es enriquecedor. ¿Su intención es quedarse en España?Siempre tendré un gran vínculo con este país, pero no creo que éste sea mi último puesto.

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