La faceta más filantrópica del campeón Tiger Woods
Ha montado una escuela para niños con pocos recursos
La más común de las gripes tumbó al número uno mundial. Por primera vez en su carrera Tiger Woods se retiró de un torneo. Fue en el pasado Nissan Open de Los Ángeles, la cita previa al WGC Accenture Match Play, donde el californiano debutó con un récord en la primera ronda: derrotó a Stephen Ames por 10 y 8, la mayor ventaja posible en esta modalidad (llevaba 10 hoyos de ventaja cuando faltaban ocho para concluir el recorrido).
Muy pocos sabían que el golfista había inaugurado en Anaheim (California, su estado natal), en compañía de Bill Clinton, un centro de enseñanza para niños de 8 a 17 años, de familias con escasos recursos; un paso más en las acciones que Tiger Woods lleva a cabo a través de su fundación benéfica. 'No basta con enseñar a los chicos a jugar al golf, hay que hacer que asistan a la escuela y adquieran la cultura necesaria para encarar la vida con posibilidades', asegura Woods.
La escuela, que por supuesto cuenta con un pequeño recorrido de 18 hoyos, consta de ocho aulas, una de ellas dedicada a la informática, además de un auditorio con 250 butacas. 'Cuando me hice profesional, en 1996, pensé en apoyar programas de educación, bienestar y salud dirigidos a los niños', explica Tiger Woods. 'Pensaba que organizar unos cuantos clínics y torneos benéficos sería suficiente, pero ahora hemos dado un paso que involucra a la Fundación en un proyecto tangible'.
Hasta ahora dos millones de niños de cincuenta estados han tomado parte en las actividades organizadas por la Fundación Tiger Woods, que tiene como principales colaboradores a dos de los mayores patrocinadores del golfista: la marca de prendas deportivas Nike y la automovilística Buick, del grupo General Motors.
Woods reconoce la influencia de su padre, Earl, en el proyecto: 'La idea es suya, él siempre imaginó algo así'. La Fundación tiene una casa en Memphis para padres de niños tratados de cáncer en el hospital de St. Jude.
'Tiger no se limita a donar una parte de sus beneficios y a conseguir patrocinadores, sino que además se involucra en los proyectos, es crítico con las ideas y está informado de todo', afirma Laysha Ward, vicepresidenta de Target, que organiza los torneos benéficos.
El número uno está convencido de que lo más importante que logre en su vida lo conseguirá fuera de los campos de golf. Lo piensa el ganador del Masters más joven de la historia, con 21 años, y hasta ahora el único capaz de apuntarse los cuatro grandes de forma consecutiva. 'Cuando deje el golf voy a dedicarme a la Fundación. Mi carrera aquí será más larga que la que pueda tener como jugador'.