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La batalla energética

Zapatero comunica al primer ejecutivo de Eon su rechazo a la operación

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, defendió ayer ante el consejero delegado de Eon, Wulf Bernotat, que los sectores estratégicos deben estar en manos de empresas españolas. En un encuentro en el Palacio de La Moncloa, Bernotat trató de convencer al presidente de los beneficios de la operación, algo que hizo previamente con el ministro de Industria, José Montilla. Fuentes del Gobierno reconocen que éste tiene poco margen para frenar la opa.

El Gobierno recibió ayer con malestar el anuncio de la opa de la alemana Eon sobre la primera eléctrica española, sobre la que pesa otra oferta de Gas Natural. Distintas fuentes del Gobierno expresaron en privado su temor a perder el control de una compañía estratégica, cuya toma de decisiones (léase, inversiones), se tomarían a partir de ahora en Düsseldorf.

Ayer mismo el presidente del Gobierno recibió en La Moncloa al consejero delegado de Eon, Wulf Bernotat. En la reunión Zapatero trasladó y dejó patente al ejecutivo alemán el rechazo del Gobierno a la operación con el argumento de que los sectores estratégicos deben estar en manos de empresas española.

Aunque en el seno del Gobierno no faltan quienes proponen soluciones radicales, como el uso de la acción de oro de Endesa, que le permitirían vetar la operación por ser una compañía estratégica, así como el veto sobre empresas con participación pública que quieran adquirir empresas española (el Estado de Baviera tiene un 2,5% del capital de Eon).

Con todo, distintas fuentes del Ejecutivo reconocen que son instrumentos 'que habría que forzar demasiado'. Por el momento, sólo se ha pronunciado de forma oficial el secretario de Estado de Comunicación, Fernando Moraleda quien reconoció ayer que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, conoció la opa el lunes por Angela Merkel, canciller de Alemania. Moraleda afirmó que el Gobierno quiere grandes empresas, aunque respeta las reglas del mercado. 'El Gobierno tiene la convicción de que en un sector estratégico, como es el de la energía, conviene a los intereses generales de España el tener una empresa de matriz española', dijo.

Armas legales

El Gobierno dispone de pocas armas legales para canalizar su disgusto ante la irrupción de un caballero blanco extranjero. Endesa sigue blindada en teoría con una acción de oro que el Estado se reservó en el momento de su privatización hace casi 10 años.

Pero el Tribunal de Justicia de la UE, a instancias de la Comisión, declaró ilegal en 2003 tanto la ley de 1995 que sirvió de base para ese blindaje, como el decreto que lo trasladó específicamente a la eléctrica española.

Bruselas reclama desde entonces que el Gobierno renuncie a su derecho de veto, que le permite bloquear la adquisición de más del 10% del capital y algunas decisiones de gestión, como la venta de activos, fusiones o disolución de la empresa. En julio del año pasado, la Comisión envió un ultimátum a España para que acatase la sentencia o se enfrentase a una nueva denuncia ante el Tribunal.

Jurisprudencia

'El Gobierno debería cuidarse mucho de invocar la acción de oro', advierte Álvaro Ramos, abogado especializado en competencia del despacho Howrey. 'Ya hay jurisprudencia y los jueces, probablemente, paralizarían cautelarmente su aplicación si hubiera un recurso'.

Especialistas en el sector energético creen que la única defensa del Gobierno ante la oferta es política, no jurídica. 'España podría invocar el concepto de reciprocidad, porque el mercado energético alemán es uno de los más cerrados de Europa', apunta un analista del sector.

La Comisión y el Tribunal europeo, sin embargo, han rechazado repetidamente esa defensa, que el Gobierno de José María Aznar intentó utilizar para frenar la entrada del monopolio galo æpermil;lectricité de France en el mercado español. 'Pero la energía es política', señala otro especialista.

España puede reclamar a la CE el expediente

Eon anunció ayer su intención de notificar a la Comisión Europea la oferta sobre Endesa. La operación, en efecto, supera con creces el umbral de facturación (más de 5.000 millones de euros) que, según el Reglamento europeo de fusiones, otorga a Bruselas la competencia exclusiva sobre su revisión. El Reglamento permite, sin embargo, que España reclame el expediente si considera que la operación 'afecta a la competencia en un mercado definido de su territorio que no constituye una parte sustancial del mercado común'.Pero Bruselas no tiene obligación de acceder. Y la oferta de Eon encaja con la estrategia de integración transfronteriza del mercado energético que la Comisión preconiza desde hace año. Bruselas, hasta ahora, no ha puesto grandes objeciones a la expansión continental de Eon (hace dos meses autorizó su entrada en Hungría), aunque la compañía parece encontrarse en el punto de mira de la CE por su dominio en el mercado alemán.Especialistas en competencia recuerdan, además, que el análisis de la operación por parte de las autoridades europeas de competencia no detiene la opa, que puede seguir su curso mientras llega el fallo europeo. Si tras triunfar la operación hubiera un veto (lo que parece imposible, dada la complementariedad de mercados en que operan Eon y Endesa) se procedería a la desconcentración.

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