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Antoinette Leonardi

'Para un cliente de rentas altas aconsejamos invertir un 5% en arte'

Asesora a clientes particulares europeos en compras de arte (150.000 euros mínimo). La experta de BNP Paribas cree que su punto fuerte es la independencia

Dirige desde hace tres años uno de los pocos departamentos que los bancos privados tienen dedicados exclusivamente a asesorar a las grandes fortunas en sus inversiones en arte: el Conseil Investissement Art, filial de BNP Paribas. Licenciada en Historia del Arte por la Sorbona, Antoinette Leonardi se especializó en pintura clásica y trabajó en una de las galerías más importantes de París antes de incorporarse en 1991 a este departamento, en el que actualmente trabajan tres personas. Desde París, donde tienen su sede central, acuden allá donde les reclama un cliente ya que prestan servicio a toda Europa. En Madrid, ciudad que ha visitado con ocasión de Arco, Leonardi explica que el mercado español es cada vez más interesante y los clientes, cada vez más activos.

Crece el interés entre los inversores españoles por el mundo del arte. ¿Cómo ve este mercado? ¿Tiene más potencial de crecimiento que otros?

Es un mercado muy interesante y creemos que se encuentra en un buen momento. Hemos visitado Arco, una feria muy importante de arte moderno y contemporáneo, y hemos podido apreciar la calidad del certamen, que resulta muy interesante para nuestros clientes e inversores. Es verdad que no estamos especializados en arte contemporáneo, pero recomendamos algunas obras modernas disponibles en Arco a nuestros clientes, principalmente europeos, que es el mercado al que nos dirigimos y en el que trabajamos.

'Es muy importante el valor añadido en este mercado'

¿Han realizado alguna compra en Arco?

Visitamos las ferias de arte y seleccionamos las mejores obras para nuestros clientes, pero nunca compramos directamente. Nuestro trabajo consiste en visitar todos los certámenes y luego asesorar a los clientes, describimos los detalles de las obras e incluso se las mostramos a través de fotografías para que ellos decidan si quieren adquirir la pieza o no. Es un trabajo muy individual. Otra de nuestras funciones es conseguir el mejor precio para nuestros clientes.

¿Qué valor añadido aportan bancos como el suyo?

Estamos especializados en pintura, dibujo, grabado, desde el Renacimiento al arte moderno, exceptuando el arte contemporáneo. Es muy difícil ser especialista en todas las áreas. Creo que podemos aportar mucho al cliente. Nuestro equipo tiene una larga trayectoria en el campo del arte y, sobre todo, somos independientes. Intentamos dar una opinión y un asesoramiento objetivo. No pertenecemos a ningún grupo con intereses determinados, a ningún marchante.

Pedimos todos los documentos necesarios para certificar la veracidad de la obra por especialistas, algo que no es fácil para la gente que no conoce el mercado del arte. Trabajamos para inversores privados. A todos les ofrecemos un asesoramiento independiente a la hora de adquirir sus obras, tanto en las grandes ferias internacionales como Arco, en galerías o a través de acuerdos privados. Si les puedes proponer una pintura que ha estado en una colección privada durante muchos años es algo grande para los compradores. Es muy importante el valor añadido en este mercado.

¿Han entrado ya en contacto con clientes españoles? ¿De qué tipo de cliente estamos hablando?

Conocemos grandes coleccionistas españoles, de los que no podemos hablar, evidentemente, y sabemos que la demanda en España es muy activa, sobre todo por parte de las fundaciones. Hay dos niveles de coleccionismo, uno, de alta calidad, llevado a cabo por las grandes fundaciones, principalmente las establecidas en la Comunidad de Madrid y Cataluña, como la March, Telefónica, La Caixa. También los museos son muy activos, el Reina Sofía, por ejemplo, compra obras continuamente. El segundo nivel, el coleccionismo de particulares, es menos importante que en EE UU o Inglaterra. Aquí los clientes están muy interesados en la pintura española y, afortunadamente, hay artistas muy internacionales. Hablamos de Picasso, Miró, Dalí e incluso Oscar Domínguez.

¿Qué papel ocupan los artistas españoles en el mercado internacional?

âscar Domínguez y Chillida son dos ejemplos de revalorización. Pero todos los buenos artistas están siguiendo la misma tendencia. El mercado ha sufrido una explosión, y esto se ha reflejado también en precios. Una obra de pequeño formato, llamada El león del desierto, de Domínguez se ha vendido finalmente por 254.400 euros, cuando la estimación de venta era de entre 40.000 y 70.000 euros. El precio de alguna de sus obras ha experimentado un alza considerable. La demanda de obras de calidad, sin embargo, no es exclusiva de los artistas españoles, es una tendencia general.

A las colecciones españolas se les achaca en ocasiones la falta de proyección internacional. ¿Es recomendable diversificar?

Eso es verdad, pero ocurre lo mismo en Francia. Hay coleccionistas que están interesados sólo en la pintura catalana del siglo XIX o en la mallorquina del siglo XX. Pero es normal, España tiene muchos artistas internacionales.

¿Qué patrimonio recomendarían invertir a un cliente? ¿Cuál es la cantidad mínima que se necesita?

Para un cliente de rentas altas le aconsejamos invertir un 5% en arte, que es una recomendación prudente, pero si su interés es muy grande puede llegar al 10%. Nosotros no empezamos a asesorar a clientes cuando la inversión es inferior a 150.000 euros, porque si no no hay valor añadido.

¿Qué futuro ve a la inversión colectiva en arte? ¿Es una opción interesante para los inversores?

Nunca proponemos este tipo de fórmulas, porque no creemos en esta inversión, siempre recomendamos soluciones individuales. Tampoco es muy accesible, el mínimo para invertir en un fondo de arte suele ser de 150.000 euros o 250.000 en otros casos. No es una inversión barata.

Los principales riesgos del mercado

Los periódicos están llenos de historias de obras de arte robadas. Garantizar la procedencia legítima de un objeto es una de las funciones del departamento de Antoinette Leonardi. 'Durante la Segunda Guerra Mundial se robaron muchas obras, por eso demostrar la veracidad de una pieza es fundamental'. Su departamento trabaja con la base de datos Art Loss Regisster, la más importante en este campo, cuya función es certificar la autenticidad y procedencia de una obra de arte.Otro riesgo es la exportación. España e Italia son países especialmente estrictos. El cliente que quiera sacar una obra del país necesita un permiso del Ministerio de Cultura. 'Cualquier obra que no tenga este certificado de libre circulación es que ha sido exportada ilegalmente', aprecia.Para el comercio, una de las amenazas es la introducción desde enero en Europa, excepto en Inglaterra, del droit de suite, un impuesto que permite al artista beneficiarse en la reventa de la obra. Pero hay otros impuestos restrictivos. 'Si el cliente quiere importar una obra de Nueva York tiene que pagar una tasa que ronda del 5 al 5,5% del valor, lo que hace que el mercado europeo sea menos activo'.

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