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Comercio exterior

EE UU vuelve a endurecer su posición comercial con China

El déficit comercial de EE UU con China en 2005 fue de 201.600 millones de dólares, un 24,5% más que el año anterior y además el mayor que se ha registrado en Washington con otro país. Este desequilibrio está echando leña al fuego de la frustración de quienes consideran que China no respeta las reglas del juego comercial sobre todo al mantener un valor artificial de su divisa y tanto en el Congreso como en la Casa Blanca se vuelven a considerar medidas contra este país.

Entre ellas, Rob Portman, representante Comercial de EE UU, ha anunciado la creación de una oficina dentro de su gabinete para vigilar el cumplimiento de las normas por parte de China. Es un paso sin precedentes que ni siquiera se tomó con Japón cuando era con ese país con quienes las relaciones comerciales eran tirantes. Portman también quiere que haya un negociador comercial permanente en Pekín.

Esta misma semana el representante de Comercio aseguró que la relación con China 'adolece de equidad, durabilidad y equilibrio'. Portman hizo estas declaraciones durante la presentación del primer informe sobre las relaciones comerciales entre los dos países que se ha hecho desde que China entró en la OMC en 2001.

Desde el Tesoro además se está sondeando en los mercados y la academia la reacción que podría tener la posible calificación de 'manipulador de moneda' a Pekín en su próximo informe semestral de cambio de divisas. Esta calificación no se ha utilizado hasta ahora y tiene consecuencias comerciales además de poder afectar al mercado de bonos y al dólar. En el Tesoro hay mucho descontento con la actitud de las autoridades de Pekín porque después de hacer una tímida apertura a la flexibilización del yuan, éste apenas se ha movido y no hay avance en la promesa de una mayor fluctuación. Ante este compromiso, hace meses el Tesoro calmó los ánimos de quienes pedían medidas de presión, pero ahora es el Gobierno el que pierde la paciencia.

'Entiendo su frustración, senador'

'Entiendo su frustración', dijo ayer Ben Bernanke a Charles Schumer. El presidente de la Reserva contestaba durante su segunda comparecencia en el Congreso a una pregunta del legislador de Nueva York relativa a las sanciones comerciales a China que el demócrata Schumer y el republicano Lindsey Graham vuelven a hora a impulsar. Schumer y Graham quieren penalizar con tarifas a los productos chinos si no se flexibilidad más su divisa.Aunque condescendiente, Bernanke le dijo a Schumer que no era un buen camino dar pasos atrás en la apertura comercial y le sugirió mantener la política de persuasión con Asia.

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