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Petroquímicas

El fin de la 'acción de oro' deja a Repsol vulnerable ante una eventual OPA extranjera

Un tema copa los corrillos de analistas en la jornada de hoy. La conjunción de dos circunstancias hace que, desde esta mañana, Repsol YPF sea espacialmente vulnerable ante un posible intento de compra por parte de una petrolera extranjera. La primera es inesperada: la caída de su precio en Bolsa más de un 10%, tras el anuncio, el pasado 26 de enero, de que había sobrevalorado sus reservas un 25%. La segunda, más importante: hoy expira la golden share, un instrumento que el Gobierno implantó hace diez años para reservarse la última palabra en operaciones estratégicas que afectaran a las empresas privatizadas.

Esta coyuntura ha convertido a la petrolera hispano argentina en un bombón apetecible para los gigantes petrolíferos que, además, en este momento tienen dinero para gastar, tras un ejercicio en el que han cosechado los mejores resultados de su historia por el alza del petróleo.

Pero Repsol no va a permanecer quieta y ha decidido cambiar el papel que interpreta en esta obra, de objeto de compra a compradora. Esta mañana ha anunciado la adquisición del 10% de la sueca West Siberian resources. Ambas formarán una alianza para desarrollar actividades en la Comunidad de Estados Independientes (CEI), antigua URSS, según explicó hoy la compañía sueca. Repsol pagará 6,13 coronas suecas por acción para hacerse con la participación, lo que supondrá un coste total de 90 millones de dólares. Tras el anuncio, Repsol subía en torno al 4% en Bolsa.

Los posibles compradores

ExxonMobil publicó unos beneficios anuales de 36.100 millones de dólares, algo más de 29.000 millones de euros, en 2005. Una cifra enorme. Con ese dinero, Exxon podría comprar a precios de mercado toda Repsol (con un valor total de 26.858 millones) y aún le sobraría para pagar a bancos de inversión para que le asesoraran en la operación. Aunque no es el de Exxon el nombre que más se está oyendo en la rumorología sobre la posible compra, sino la italiana Eni y la británica BP, que según algunos analistas, ya están analizando la posibilidad de lanzarse a la caza y captura de la petrolera hispano argentina, cuyo precio ya está un 18% por debajo de los 27 euros que tocó el pasado mes de octubre, su máximo de todos los tiempos. Ambas compañías han rehusado confirmar o desmentir sus intenciones sobre Repsol.

Consciente de la situación, el Gobierno tiene otro temor; que el final de la goldesn share tenga un efecto indirecto en Gas Natural. Y es que una eventual opa hostil contra Repsol YPF (uno de los principales accionista de la gasista, con casi el 31%) daría al comprador una fuerte presencia en el capital de la compañía fusionada, si prospera la OPA de Gas Natural sobre Endesa, y el control del sector energético español: el petróleo, el gas y la electricidad.

Por eso, el Gobierno ha planteado a la petrolera hispano-argentina la conveniencia de reducir su participación en Gas Natural. Repsol YPF ya ha anunciado que, si tiene éxito la opa sobre Endesa, su participación en la empresa resultante quedará diluida hasta el 15%. Además, la petrolera no descarta reducir aún más su participación si surgen inversiones adecuadas con una rentabilidad superior.

Las salvaguardas de Repsol YPF

Además de fortalecer su posición mediante compras, Repsol tiene a su favor dos circunstancias más para evitar se comprada, según Natalia Aguirre, analista de Renta 4.

Argentina mantiene el derecho de veto sobre YPF, una herramienta similar a la 'acción de oro' española que hoy expira. El país sudamericano se aseguró su 'golden share' tras vender YPF a Repsol en 1999 por 15.000 millones y ahora podría tener que utilizarla.

Natalia Aguirre apunta otro factor disuasorio para las compradoras: "Puede ser que muchas compañías extranjeras estén interesadas en los activos españoles de Repsol, pero no en la volatilidad latinoamericana, que genera mucha incertidumbre, como estamos viendo. Eso resta mucho atractivo a Repsol".

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