Sáez Merino recurre al proceso concursal y dejará la fabricación
Sáez Merino no levanta cabeza. La firma textil fabricante de las marcas Lois, Caroche o Cimarrón ha tenido que recurrir a un proceso concursal (la antigua suspensión de pagos) como medida para emprender una nueva reorganización.
Apenas un año y medio después de que despidiera a 546 empleados y cerrara varias plantas de confección como medida para afrontar el futuro, Sáez Merino se ha visto obligada a volver a replantearse su estructura tras no poder 'contrarrestar la competencia de las economías emergentes con la subcontratación de parte de su producción en países del norte de África'. Todo apunta a que la reorganización que afrontará el grupo textil a partir de ahora será más profunda.
En un comunicado, la empresa señaló ayer que 'el proyecto, concebido para poner fin a una situación de pérdidas que se remonta a 2004, se basa en potenciar el comercio de las marcas, relegando a un segundo plano la producción ante la imposibilidad de reducir sus costes'. En otras palabras, la empresa se estaría planteando abandonar totalmente la producción, lo que implicaría el cierre de las plantas que aún mantiene.
El proceso concursal se ha adoptado a iniciativa de la empresa ante la imposibilidad de atender pagos.