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Tribuna
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Objetivo de la UE: estimular la I+D+i de todos

La Comisión Europea ha concluido que la regulación nacional de las ayudas fiscales a la innovación que se realiza en España discrimina a las compañías que realizan I+D+i en el resto de Europa. Por ello ha decidido abrir un expediente contra la legislación fiscal nacional y, en concreto, contra las ayudas de I+D+i, que suponen para las empresas españolas una deducción anual hasta de 250 millones por este concepto.

Las deducciones fiscales de estas actividades se dividen en dos bloques: las deducciones por I+D y las deducciones por innovación tecnológica (IT). Las deducciones por I+D+i son de las más generosas de la OCDE, tanto en porcentaje como por el importante número de actividades a que beneficia, pero aún es bajo el número de empresas que se benefician.

Estas deducciones, compatibles con las subvenciones de los programas públicos, se aplican a todas las empresas con independencia de su sector o tamaño y del resultado final del proyecto. Es decir, se incentiva el esfuerzo en I+D+i independientemente de su éxito o fracaso.

Para la Comisión el problema surge cuando estas deducciones, que permiten rebajar la factura fiscal de la empresa un 10% de los gastos en I+D+i, sólo pueden aplicarse si se realizan a través del sistema de subcontratación de empresas especializadas españolas, atentando contra la normativa comunitaria, al no contar con posibles empresas europeas. Para ellos se trata de competencia desleal frente al resto de socios comunitarios.

En nuestra normativa existen límites a la hora de incluir en la base de la deducción por I+D+i los gastos en el exterior. Por un lado, es imprescindible que la I+D+i extranjera tenga carácter complementario a la actividad principal que debe ser en España. Y se establece un límite cuantitativo. Los gastos por actividades en el exterior no podrán sobrepasar el 25% del total. Esa supuesta discriminación en el tratamiento a los países miembros por el sistema tributario español es lo que denuncia la UE.

Lo que se estudia ahora es cómo replantear estas deducciones siguiendo las líneas de la UE. Las opciones que plantea Bruselas son muy limitadas: la modificación del sistema de deducciones actual o la eliminación de éstas, algo impensable para muchas empresas españolas que dependen de su I+D+i para competir.

El objetivo de la UE es doble. Por un lado, incrementar la I+D+i sobre el PIB de todos los países, pero además garantizar que cada país lo estimule sin perjudicar al de ningún otro socio. Esto podría llevar a la discusión de algún punto de la deducción española pero no tiene por qué ponerla en peligro ya que es pieza clave en el estímulo de la I+D+i en España y por tanto en la UE.

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