La guerra del gas ruso salpica a la UE
La crisis desatada por la reducción de suministro de gas ruso a Ucrania empezó ayer a afectar a varios países del este de Europa, además de a Francia, Italia y Alemania. La empresa pública rusa Gazprom acusó a Kiev de apropiarse de millones de toneladas de gas con destino a la UE y prometió compensar con cantidades extraordinarias a los países afectados.
La crisis desatada entre Rusia y Ucrania sobre el mercado del gas comenzó ayer a expandirse por Europa. Las autoridades de Francia, Italia, Austria, Hungría, Rumanía, Eslovaquia, Croacia y Eslovenia reconocieron haber sufrido recortes del suministro de gas procedente de Rusia en el entorno del 30%, cuyo impacto será variable en función del grado de dependencia que tienen respecto a ese proveedor. Así, Austria, el país que preside la Unión Europea desde el domingo hasta junio, ha perdido un tercio del suministro ruso, de donde procede el 60% del gas que consume. El consorcio petrolero austriaco OMV sostuvo en un comunicado que la limitación, que representa la quinta parte del consumo del país, puede ser comensada con reservas, pero reconoce que no se puede descartar' un problema limitado de abastecimiento en el sector de los grandes consumidores. En el otro extremo, el ministro de Industria francés, François Loos, afirmó que la reducción del aprovisionamiento podría alcanzar al 4% del consumo, lo que se podría 'absorber con los otros contratos que tiene Gaz de France', el operador estatal.
El vicepresidente de la empresa estatal rusa de gas Gazprom, Alexandre Medvedev, aseguró ayer por la tarde que su compañía restablecerá hoy el suministro a sus clientes europeos, aunque no ha especificado cómo va a hacerlo. Medvedev ha asegurado que la situación se resolverá 'con independencia de sus diferencias con Ucrania'. El ministro austriaco de Economía y actual presidente del Consejo de Ministros de Energía de la Unión Europea, Martin Bartenstein, recibió con satisfacción la noticia. 'El número dos de Gazprom, Alexandr Medvédev, me ha asegurado que en un periodo de 24 hora se restablecerán plenamente todos los suministros de los clientes europeos', declaró a la agencia austriaca APA.
Los ecos de la 'revolución naranja'
El Gobierno ruso redujo el domingo el bombeo de gas natural hacia Ucrania después de que este país rechazara un nuevo precio que quintuplicaba el anterior (de 50 a 230 dólares por 1.000 metros cúbicos). Detrás de la batalla económica se encuentra otra política: Moscú ha decidido imponer precios acordes a los de mercado a las repúblicas ex soviéticas que se están alejando de su órbita. El presidente ucraniano, Viktor Yushenko, denuncia que la maniobra de Putin es una represalia por el acercamiento a occidente protagonizado por Kiev desde que triunfara allí la revolución naranja hace ahora un año.
Otros países europeos, entre los que no se encuentra España, reciben de gas natural ruso por vía Ucrania, a través de tres gasoductos. Kiev deriva a terceros países el 85% del gas que recibe. Moscú ha cortado todo el suministro a Moldavia, que también se negó a aceptar la multiplicación del precio.
La guerra del gas ha provocado que el nuevo Gobierno de coalición alemán, presidido por Angela Merkel se replantee el calendario para la desaparición de la energía nuclear que había decidido su predecesor, Gerhard Schroeder. El ex canciller acaba de pasar a la empresa privada como presidente del consejo de vigilancia del futuro gasoducto ruso-germano de Gazprom, que debe estar en servicio en 2010.
Con el telón de fondo de la crisis, el barril de petróleo Brent se encareció ayer casi un dólar, para cerrar sobre 59.
Sin riesgo de desabastecimiento en España
La batalla energética que disputan Rusia y Ucrania no tiene visos de alcanzar a nuestro país. España no recibe gas de Rusia, por lo que no se verá afectada por la crisis gasista, ni en suministro ni en precio, según explicó ayer la patronal del sector Sedigas (Asociación Española del Gas).'España no recibe gas de Rusia, ya que este país se encuentra muy lejos y el traslado desde allí resulta muy caro, por lo que no prevemos ningún problema de suministro por esta crisis', explicó a Efe el secretario de la asociación, Joan Pons. La disputa está afectando ya a numerosos países europeos, pero Pons advirtió de que 'éste no es el caso de España'. Sin embargo, el dirigente de la patronal ha matizado que la realizada es 'una primera valoración de urgencia, porque el consejo de Sedigas no ha tenido tiempo de reunirse para analizar la situación'.En el mismo sentido, desde Enagás, la mayor empresa de transporte gasístico de España, Luis Calderón explicó a Cinco Días que no existe ningún riesgo de desabastecimiento, porque el poco gas que se recibe desde Europa procede de Noruega.El secretario de Sedigas explicó que el grueso del suministro de gas de España depende de países de la cuenca sur del Mediterráneo, principalmente de Libia y de Argelia, y que el 60% del carburante que consume el mercado español es gas natural licuado (GNL), un tipo de combustible que no exporta Rusia.'Al depender tanto del GNL, ni las reservas ni el precio final del gas afectarán a España a corto plazo, y para que ello finalmente pasara, la crisis tendría que alargarse al menos cuatro o cinco años', señaló Pons.Según afirma Joan Pons, 'en la zona de Argelia y el Mediterráneo, los costes del transporte del GNL son inferiores y los de regasificación están más optimizados, y lo que podría alterar los precios es que Estados Unidos está entrando en el mercado del GNL'. La Asociación Española del Gas tiene su sede en Barcelona y fue fundada en 1970 por iniciativa de todas las empresas distribuidoras de gas canalizado de la Península y Baleares.La patronal Sedigas agrupa, entre otras, a empresas de aprovisionamiento, almacenamiento, transporte, distribución y comercialización de gas canalizado y a diversos proveedores de equipos, y actúa como interlocutor frente a administraciones públicas, entidades de normalización y certificación, asociaciones profesionales y otros agentes del sector energético nacional e internacional.