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Europa encuentra su sitio entre las estrellas con Galileo

Bruselas pone en órbita el primer satélite del sistema de posicionamiento que rivalizará con el GPS

Enfrascada en una parálisis política en tierra, Europa trata de seguir avanzando a 23.000 kilómetros de altura, en el espacio. Ayer entró en órbita el Giove-A, el primero de una serie de 30 satélites que conformarán la red Galileo. Este sistema de geoposicionamiento es la alternativa comercial propuesta por la Unión Europea al GPS estadounidense.

'El lanzamiento de Giove es una prueba de que Europa puede sacar adelante proyectos ambiciosos en beneficio de sus ciudadanos y compañías', declaró con motivo del acontecimiento el comisario de Transportes de la Unión Europea, Jacques Barrot. El satélite fue lanzado a las 6.19 de la madrugada (hora peninsular española) desde el cosmódromo de Baikonur, en plena estepa kazaja. Un cohete Soyuz, de fabricación rusa, fue el encargado de transportar el dispositivo de 600 kilos de peso y ponerlo en órbita.

El sistema Galileo permite conocer la situación geográfica de un objeto o individuo con un error de apenas un metro. Está previsto que la red entre en servicio a partir de 2008, una vez estén desplegados los 30 satélites que la conforman.

La Unión Europea ha invertido 3.800 millones de euros en el programa, pero espera recuperar, al menos, 4,6 veces la cantidad invertida

La UE ha invertido 3.800 millones de euros en el programa, pero espera recuperar, al menos, 4,6 veces la cantidad invertida. El proyecto ha atraído a otros países, que han decidido colaborar en la iniciativa comunitaria. Es el caso de China, que ha aportado 200 millones de euros, e Israel, con 18 millones. Otros Estados, como México, Brasil, Australia, India, Marruecos, Corea del Sur y Ucrania, están en negociaciones para entrar a formar parte del proyecto.

'La radionavegación basada en Galileo será un elemento cotidiano, que permitirá evitar atascos o vigilar cargamentos peligrosos', indicó Barrot en un comunicado oficial. Los críticos, en cambio, dudan de la viabilidad comercial del sistema. El uso del GPS es gratuito y, aunque dicho sistema es menos preciso -da la posición con un error mínimo de cinco metros-, pronto será actualizado.

Si logra tener éxito, el Galileo supondrá un paso significativo en el programa espacial de la UE. En él participan empresas de todo el continente. Además del conglomerado industrial paneuropeo EADS, toman parte las compañías españolas AENA e Hispasat, las francesas Thales y Alcatel, la británica Inmarsat o la italiana Finmeccanica.

El Giove-A, ya en órbita, desplegó sus paneles solares a las 10.01 horas de la mañana de ayer (hora peninsular española) y en abril está previsto que entre en servicio un segundo satélite, el Giove-B, que, como su antecesor, debe su nombre al acrónimo Galileo In-Orbit Validation Element (Elemento de Validación en ârbita Galileo).

Para servir de primer eslabón en la puesta en marcha de Galileo, el Giove-A probará algunos de los instrumentos con los que estarán equipados los satélites de la red. Entre ellos el reloj atómico más preciso jamás enviado al espacio. Este mecanismo permitirá combinar datos en tiempo real procedentes de diferentes satélites con una gran precisión temporal, elemento que se traducirá en un mayor acierto del posicionamiento geográfico.

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