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Antonio Portela

'No creo en el perfil diez para un profesional'

Habla de su anterior empresa con cariño, a pesar de que tras la venta a Tele2 se vio obligado a salir de ella. æpermil;l sigue adelante con la misma ilusión con la que inició su carrera en Citroën

Acaba de abandonar Comunitel y, con su marcha, Antonio Portela, nacido en Vigo hace 52 años, cierra una etapa profesional cargada de emociones y está más que dispuesto a iniciar en breve una nueva aventura. Es un hombre, de complexión fuerte, y con esa misma fuerza contagia entusiasmo.

Ha desarrollado su carrera profesional en distintos sectores, ¿qué aprendizaje ha sacado de todos ellos?

No sé si ha sido mucho o poco; sí sé que he aprendido todo lo que sé en estos momentos. Soy consciente de la importancia del equipo, de la gente con la que eres capaz de sacar un proyecto adelante. Por uno mismo nunca se tiene influencia en la marcha de una empresa. Al equipo debes generarle motivación, y eso te ofrece la capacidad para expandir mucho en poco tiempo. Sin un equipo motivado y participativo no se puede hacer nada en el mundo empresarial. Vengo de un sector donde no existe un producto tangible, nos movemos en el manejo de la información, de clientes que tienen una gran volatilidad, en la calidad del servicio, en la relación con los suministradores. Al final, el valor de la empresa no es otra cosa que esa suma de capitales. El valor está ligado a las capacidades de liderazgo y de estilo de dirección.

'Me apetece trabajar ahora en un sector que tenga gran potencial. Las telecomunicaciones tienen todavía gran recorrido'

¿Qué es lo que se debe pedir a un equipo?

Una vez que lo has elegido, el valor profesional en cuanto a conocimientos se le supone, lo que ha de tener es liderazgo, transparencia, esfuerzo, motivación, normalidad y sentido común. Pido, además, trabajo en coordinación con el resto. No creo en el perfil diez para un profesional, creo en personas con características positivas y negativas.

Usted, como ejecutivo, ¿qué imagen tiene de sí mismo?

Es difícil verse a sí mismo. Soy una persona entusiasta y pragmática. Me ha marcado pasar 20 años en el sector industrial y del automóvil. Se trata de una escuela fantástica de desarrollo de operaciones, de método de trabajo, de coordinación, de criterios de gestión, productividad y atención al cliente.

¿Qué destacaría del sector de las telecomunicaciones, donde ha desarrollado en los últimos años su carrera?

La capacidad para generar un valor enorme, más que en el resto de los sectores. Una prueba es lo generado por el propio Comunitel, si lo comparamos desde el día que lo empezamos a desarrollar y el valor que tenía cuando fue vendido. La demanda de utilización del servicio, en unidades físicas, aumenta de manera exponencial. Esa demanda hace que las empresas tengan gran generación de valor. También es importante la gestión del elemento tecnológico, eso ha irrumpido de manera salvaje y ha cambiado mucho en pocos años. Y eso modifica de manera brutal los parámetros de negocio. Tu vínculo con el cliente es totalmente virtual.

¿Y no da cierta pena montar una empresa y después venderla y tener que salir de ella?

Venderla no da pena, que la vendan sí da, y mucha, pero en el mundo de la empresa hay que saber digerir y las digestiones hay que hacerlas de una forma rápida. Las cosas tienen que durar lo que tienen que durar, aunque yo me encariño mucho con los proyectos y me gustaría dedicarme a ellos siempre, pero también entiendo que la realidad es así.

Me da la sensación de que usted es una persona bastante activa, ¿qué proyectos tiene en marcha en estos momentos?

Estoy pensando entre varios proyectos para poder elegir. Puede haber alguno en el que converjan los dos sectores en los que anteriormente he trabajado, el automóvil y el tecnológico. Me apetece trabajar ahora en un sector que tenga gran potencial. Las telecomunicaciones tienen todavía un gran recorrido y hay algunos sectores que ofrecen ese perfil. Hacia el primer trimestre del próximo año lo decidiré.

En un proceso como el que usted ha vivido, en el que tiene que abandonar la compañía que ha contribuido a crear y desarrollar, ¿qué se pierde en el camino?

A mí lo que me llama la atención es la capacidad que tienen las empresas para desperdiciar talento. Te quedas pasmado de la capacidad de las empresas para sobrevivir a errores de gran magnitud. No creo que en mi caso hubiera un gran talento, yo era una pieza más y tenía el valor que tenía el resto del equipo. Los compradores de Comunitel saben lo que tienen que hacer para no perder talento en la empresa. Es lo único que tiene valor. Mi caso es distinto. Yo era el líder de una empresa en la que participé en una opción de compra, pero se decidió vender a un tercero y no tenía mucho sentido que yo continuara en la empresa.

'Hay que estar alerta porque oportunidades para trabajar hay muchas'

Dice que la edad no lo es todo y que, a pesar de haber traspasado la barrera de los 50, no cree en las prejubilaciones. 'Lo importante es el talento, y no entiendo que las empresas lo desperdicien con tanta facilidad. Hay ciertas edades que enriquecen bastante'. No cree que las organizaciones deban ser gestionadas por personas cuyo perfil sólo atienda a la edad, como tampoco cree que el hábito haga al monje. Es de los que nunca se ha quitado el traje, a pesar de haber trabajado durante años en el sector de las telecomunicaciones.'La imagen de las empresas no viene dada por la vestimenta, sino por lo que transmita el directivo. Lo que hay que tener es personalidad. Yo, en ese sentido, soy muy pragmático, y no te puedes pintar del color que se lleve en ese momento', afirma Portela. Ahora que se encuentra en un periodo de transición, asegura que un directivo vale lo mismo en un proyecto que en otro. La empresa es lo de menos. 'Son sus capacidades profesionales lo que cuenta, pero sobre todo que tenga fe en los proyectos en los que está'.Fiel a su carácter optimista, explica que existen un montón de oportunidades en el mundo empresarial. 'No hay que venirse nunca abajo. Hay que estar siempre alerta, porque oportunidades para trabajar hay muchas', señala. Estos días lleva una agenda de lo más apretada -una lección para todos aquellos que se vean en su misma situación-, con reuniones, tanteando nuevos proyectos. En definitiva, no perdiendo contactos. 'No he parado ni un momento, como no sé jugar al golf y lo único que he hecho toda mi vida es trabajar, pues me dedico a eso. Ahora necesito reflexionar sobre lo que voy a hacer el próximo año', explica.Antonio Portela se define como buen gallego, un hombre de raíces, muy familiar y amante de la navegación. 'Lo importante son los pilares que tengas en tu vida'.

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