'Bonus' de Navidad
Al final, Alan Greenspan aguó la fiesta al presidente. George Bush recibió la semana pasada un regalo navideño por anticipado, un bonus, en forma de positivos datos económicos. El último cálculo de PIB reflejó que la economía había crecido al 4,3% en el trimestre y encima con una inflación contenida. Las empresas invierten y los ciudadanos siguen consumiendo (eso sí, buscando las gangas). La bajada del precio de la gasolina ha hecho que la confianza despegue después de meses de decaimiento, y a nivel nacional el impacto de los huracanes Katrina y Rita se va desvaneciendo.
Para terminar de redondear esta foto, el viernes se supo que el pasado mes se habían creado 215.000 nuevos empleos, lo que devuelve el lustre al mercado laboral. Un economista dijo que era tan bueno como comer empezando por el postre.
Y Bush quiso poner la guinda. Fuera de agenda, el viernes, el presidente convocó a la prensa para hacer un repaso de los logros económicos en dos minutos y medio. 'Gracias al buen y arduo trabajo y la productividad de Estados Unidos, la innovación y las políticas económicas sensatas de reducir los impuestos y disminuir los gastos, nuestra economía continúa cobrando fuerza'. Bush hizo un repaso de las cifras que mejor rimaban con su discurso para concluir: 'Tenemos muchos motivos para ser optimistas sobre nuestro futuro económico' y 'las bases del crecimiento son sólidas'. Acabado su mensaje, se fue ignorando las preguntas sobre la tensa situación en Irak que lanzaban los periodistas.
Bush intenta así ganar puntos en unas encuestas muy desfavorables y en las que incluso recibe malas notas en su gestión económica.
Pero desde Londres, ese mismo día, Greenspan ignoró el mensaje triunfalista y entró en el fondo de los asuntos recordando lo insostenible de los déficit del país. No es la primera vez que lo hace, pero es significativo que quiera dejarlo claro en sus últimos discursos. El presidente de la Fed matizó el mensaje de solidez económica enviado por Bush diciendo, al hablar del déficit presupuestario, que 'las consecuencias de no hacer nada pueden ser severas'. Y hasta ahora no se ha hecho gran cosa.
El mensaje no por repetido pierde su valor, y menos cuando él no se juega nada. Greenspan se jubila el 31 de enero y las encuestas le traen sin cuidado.