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Columna
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Subida de tipos en Europa

José Carlos Díez

Hoy se reúne el Consejo de Gobierno del BCE y por primera vez, después de cinco años, veremos una subida de tipos en la eurozona. Antes del verano andábamos discutiendo si era necesaria una bajada para reactivar la maltrecha economía europea. Hace tan sólo dos meses, nadie esperaba subidas de tipos hasta 2007. Pues bien, en esta reunión los inversores esperan una subida de 25 puntos básicos, hasta el 2,25%, y otras dos subidas más en 2006, hasta el 2,75%. ¿Qué ha pasado?

La subida del precio del crudo, en euros, explica que la inflación se haya situado por encima del 2%, que el BCE tiene como objetivo. Había síntomas de recuperación y el dato de PIB del tercer trimestre ha sido mucho mejor de lo esperado y, salvo Italia, todos los países muestran síntomas de que la recuperación es más intensa de lo estimado. Pero la principal causa es que el BCE elevó el tono de su discurso en su reunión de octubre y desde entonces no ha parado de mandar señales que anticipan el inicio de las subidas.

Sin duda tendrán que afinar su política de comunicación. La teoría económica nos dice que los bancos centrales deben garantizar la estabilidad y, por coherencia, sus actuaciones deben ser mesuradas y no provocar cambios bruscos en la volatilidad de los tipos de interés que aumenten la incertidumbre de las decisiones de los consumidores e inversores. Pues bien, el tipo euribor a un año pasó del 2,3%, en su reunión de octubre, hasta el 2,8% en el mercado interbancario la pasada semana.

El peor escenario sería que el BCE no subiera las tasas hoy. Si defrauda, su credibilidad se verá seriamente dañada

Aunque es cierto que la inflación se ha situado por encima del objetivo, la inflación subyacente, que elimina el componente energético y de alimentos no elaborados, se situó en octubre en el 1,6% anual y nuestras previsiones apuntan que se mantendrá por debajo del 2% durante todo 2006. El crecimiento de los salarios ha disminuido en 2005, lo cual aleja la posibilidad de los temidos efectos de segunda ronda. Por lo tanto, el BCE ha querido ponerse la venda antes de la herida, ya que tenía margen para haber esperado a que se consolidara la recuperación. El propio Jean-Claude Trichet reconocía, en su comparecencia ante el Parlamento Europeo, que el consumo privado está deprimido y que los riesgos para el crecimiento siguen siendo a la baja. Si los consumidores no están animados, no parece muy acertado subir los tipos de interés antes de la campaña de Navidad.

No obstante, si, como pensamos, el BCE sube en esta reunión, relaja el tono y da la señal de una subida adicional en febrero o marzo, esto no pondría en riesgo la recuperación, permitiría contener el crecimiento del crédito y de los precios inmobiliarios en España, Francia e Irlanda y serían necesarias menos subidas de tipos en 2007.

Sin duda, el peor escenario sería que el BCE no subiera tipos hoy. Nadie esperaba la subida y ellos lo han anunciado y han provocado el movimiento. Si defraudan, su credibilidad se verá seriamente dañada.

Siendo egoístas, la más beneficiada por estas subidas de tipos es la economía española. España crece un 3,5%, pero su patrón de crecimiento sigue siendo desequilibrado y se refleja en el diferencial de inflación y el déficit por cuenta corriente. La principal causa de estos desequilibrios es que nuestros tipos de interés reales, es decir descontada la inflación, son negativos y eso explica el comportamiento del consumo privado y la inversión en vivienda. Por lo tanto, una subida de tipos es la mejor medida de política económica para nuestra economía.

Sin embargo, hemos desenterrado muy pronto el fantasma de la crisis de 1992 y algunos analistas argumentan que la subida de tipos pondrá fin a nuestro crecimiento. Si el crecimiento se basa en tipos de interés reales negativos, dos o tres subidas de tipos en 2006 no conseguirán poner nuestros tipos reales en positivo y por lo tanto no frenarán la demanda de consumo y de inversión residencial. Al contrario, permitirán moderar su crecimiento y corregir los desequilibrios, sin que el crecimiento del PIB se resienta significativamente.

En España estamos usando lentes microscópicas para analizar la realidad que nos rodea. Los cambios que se están produciendo en la economía mundial, y especialmente en nuestra economía, son de tal dimensión que ni siquiera con el gran telescopio de Canarias seríamos capaces de observar con detalle estos cambios.

Sólo por el crecimiento de la población, a esta economía le queda crecimiento para varios años. Demos la bienvenida a la subida de tipos, que permitirá un crecimiento más equilibrado, y preocupémonos de, cada día, hacer las cosas un poquito mejor. Si lo conseguimos, en breve tendremos las mismas condiciones de vida que nuestros vecinos franceses o alemanes.

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