Regiones sin contención fiscal

Los presupuestos de las comunidades autónomas para 2006 presentan un incremento medio del gasto del 11,5%, casi el doble de lo que crecerá el del Estado central. En conjunto dispondrán de 153.000 millones de euros, 20.000 más que el Estado central si se excluye la Seguridad Social. Sin embargo, a pesar del sólido crecimiento económico y del consiguiente repunte de los ingresos, todas evitan cerrar el ejercicio con superávit. Las comunidades autónomas optan por gastar hasta el último euro que prevén ingresar, renunciando a tener el más mínimo colchón financiero para cuando cambie el ciclo y la actividad económica se ralentice. Además, hacen oídos sordos a la petición expresa hecha recientemente por el vicepresidente segundo, Pedro Solbes. Con lo cual, el excedente presupuestario previsto por el Ejecutivo para el conjunto de las Administraciones públicas en 2006 deberá correr a cargo de la central (probablemente del excedente aportado por la Seguridad Social).

Cuando se habla de que es preciso aprovechar los momentos de bonanza para tener superávit fiscal debemos ser conscientes de que esta obligación corresponde, cada vez más, a las regiones. Al fin y al cabo, son éstas las que gestionan una mayor porción del gasto público, excluidas las pensiones.

Para que las comunidades hagan gala de una mayor corresponsabilidad fiscal es preciso aprobar cuanto antes la reforma de la Ley de Estabilidad Presupuestaria, pendiente en el Parlamento. Se necesita implantar un sistema que diferencie a las regiones que hacen bien sus deberes presupuestarios de las que no. Con incentivos y sanciones claros y cuantificables. Incluido el cobro a las regiones deficitarias de las multas que pueda imponer Bruselas a España por incumplir lo pactado en cuanto a disciplina fiscal.