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Energía

La plusvalía real de Endesa en Auna es la mitad de la declarada

Endesa ha prometido jugosos dividendos extraordinarios con las plusvalías generadas por la venta de Auna y Smartcom, entre otras participaciones, como defensa ante la opa de Gas Natural. Lo cierto, sin embargo, es que la eléctrica ha perdido dinero en esas operaciones y que las plusvalías contables surgen de haber saneado antes el valor de las inversiones.

Los datos son públicos. Casi todos figuran en los informes anuales de la propia página web de la empresa. La inversión en telecomunicaciones a través de Auna y Smartcom no sólo no ha reportado grandes beneficios a Endesa sino que ha sido fuente de pérdidas en su conjunto. Por separado, la ganancia real de Endesa en Auna es de unos 625 millones, ni la mitad de las plusvalías contables anunciadas, frente a pérdidas de 680 millones en la chilena Smartcom.

El resultado económico es negativo. Eso contrasta con las plusvalías contables por 1.100 millones este año y unos 250 millones en 2008 que Endesa planea entregar como dividendo extraordinario.

¿Cómo es posible tener plusvalías multimillonarias en las cuentas sin tenerlas en la realidad? Muy fácil, amortizando, provisionando o saneando la participación en ejercicios anteriores. El ejemplo de Terra puede servir para ilustrarlo. Vendió Lycos por el 1% de lo que le costó, pero previamente ya había dado por perdida casi toda la inversión, con lo que la operación generó plusvalías.

Larga aventura en Auna

Algo así le ha pasado a Endesa con sus participaciones en telecos durante los últimos años. Tras el gran negocio que supuso su aventura en Airtel, la eléctrica intentó repetir la suerte y lo hizo no sólo en España sino también en Chile.

En Auna, las primeras inversiones datan de 1997, con 'la adquisición mediante concurso público del 21,67% de Retevisión por importe de 56.026 millones de pesetas (337 millones de euros)', según figura en la página 37 de su memoria de ese año, registrada en la CNMV.

En 1999 destinó 172,9 millones a 'inversiones adicionales en Retevisión'; 37,8 millones a Amena y 36 millones a Menta, las operadoras de móvil y cable que acabaron integradas en el grupo. Esas cifras figuran en el informe anual (20-F) registrado por Endesa en la Comisión del Mercado de Valores de Estados Unidos, la SEC. En 2000, la misma fuente documental desvela que Endesa destinó otros 230 millones a inversiones financieras en Auna, Amena y Menta.

Al año siguiente las inversiones se dispararon con la compra a Telecom Italia, con el Santander y Unión Fenosa, de su participación en Auna. En sus informes, Endesa cifra su inversión de ese año en 498 millones adicionales, que le permitían en ese momento alcanzar un 27,87% del holding.

El 20-F de Endesa de mediados de 2003 sirve para comprobar que las cuentas van bien: 'A 31 de diciembre de 2002, nuestra inversión total en Auna asciende a 1,7 millardos (con un valor en libros de 1,1 millardos), incluidos 432 millones invertidos en 2002', señala el citado informe anual en su página 39. Endesa tenía ya el 29,7%.

Todavía hay que sumar los 261 millones que tuvo que desembolsar la eléctrica en ejercicio de una opción por hacerse con un 3% adicional que estaba en manos del Santander. En total, unos 2.000 millones de inversión.

La desinversión

Llega la hora de hacer caja. En julio, Endesa firmó un acuerdo junto con el Santander y Fenosa para la venta del 80% de su participación en Auna/Amena a France Télécom. Inicialmente, Endesa vende el 26,17% de Auna por 2.093 millones de euros, y pacta la venta del restante 6,54% por 471 millones más un 4,5% anual, lo que eleva la cifra a 537 millones en 2008.

Contablemente, la operación supone para Endesa plusvalías brutas de 1.100 millones ahora y otros 250 millones en 2008, que planea repartir como dividendo.

Pero en realidad Endesa recibe 2.630 millones, frente a los 2.005 millones invertidos de 1997 a 2004, lo que supone una ganancia real de 625 millones y una tasa de rentabilidad ligeramente superior al 5% (menor al coste de capital de Endesa).

Fuentes de la compañía admiten esa cifra de ganancia como correcta, aunque con pequeños matices en el coste bruto en libros, que cifran en 1.978 millones. Endesa subraya que es posible encontrar las cifras gracias a la transparencia con que publica sus cuentas. También destaca que el hecho de que la participación estuviera en buena parte provisionada, amortizada o saneada 'es prueba de la prudencia contable de la compañía'. En todo caso, dicen, las plusvalías de 1.100 millones de este año son correctas desde el punto de vista contable.

Pérdidas en Smartcom

En paralelo, Endesa compró en 2000, en pleno apogeo de la burbuja tecnológica, la cuarta operadora chilena de móvil, Smartcom, por 416 millones de euros. Invirtió 379 millones más en 2001, según el informe anual de ese año ante la SEC. Además, afrontó tres ampliaciones de capital sucesivas de 57 millones, 49 millones y 187 millones en 2002, 2003 y 2004, según su último informe 20-F.

En total son 1.094 millones de euros que contrastan con los 408 millones recaudados con la venta. Pese a ello, dados los múltiples saneamientos, amortizaciones y diferencias de cambio ya contabilizados, la operación se cerró sin minusvalías. De hecho, Endesa mete a Smartcom en la lista de activos que han generado plusvalías para dar más dividendo.

Plusvalías en Airtel

Endesa reconoce que el conjunto de las inversiones en Auna y Smartcom se ha saldado con pérdidas. Sin embargo, resalta que previamente, y también en el sector de telecos, Endesa multiplicó por 12 el valor de su inversión en Airtel, con lo que logró plusvalías de 817 millones en 1999. También cuadruplicó su inversión en Netco, con plusvalías de 122 millones.

Un mal negocio para Botín

El aura casi mítica que se ha creado alrededor de Emilio Botín sobre su olfato para los negocios y la capacidad de exprimir al máximo las ganancias allá por donde pasa ha impedido quizá un análisis más crítico de alguna de sus operaciones. Auna, por ejemplo, ha sido una pésima inversión para el Santander, que nunca hubiera acometido de saber cuál iba a ser el resultado.El banco cifra las plusvalías contables por la desinversión en unos 400 millones, pero casi toda esa cifra responde a saneamientos y amortizaciones de años anteriores. Si se tiene en cuenta que la cantidad total invertida en su 32,08% es de 2.442 millones y que la valoración de la venta de su participación es de 2.566 millones, de los que ahora cobra poco más del 80%, la rentabilidad total obtenida es del 5%, con una plusvalía real de 124 millones. Pero dado que el grueso del desembolso del banco se concentró en 2001 y 2002, el rendimiento anual de la inversión es de sólo algo más del 1%. Si se cuenta la inflación, la rentabilidad es negativa en términos reales. Un mal negocio para Botín.Menos diferencia en FenosaLa que ha obtenido una mayor rentabilidad de su aventura en Auna es Unión Fenosa, con su 18,5%. Fue la que menos participación compró a Telecom Italia y renunció a ejercer opciones que hubieran encarecido el precio medio de su participación. Las plusvalías reales en el caso de Unión Fenosa se acercan más a las contables, puesto que la eléctrica es la que menos había amortizado o provisionado su inversión en ejercicios anteriores, dado el método de consolidación que utilizaba. Fenosa invirtió algo más de 825 millones en Auna, con lo que su plusvalía real ronda los 650 millones, no demasiado lejos de los 783 declarados.

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