Error de calado en Figueruelas
Los trabajadores de la fábrica de General Motors en Figueruelas han rechazado la propuesta de la dirección, que exigía sacrificios salariales para retener el ensamblaje del nuevo Meriva. La decisión de los empleados, promovida por los representantes de Comisiones Obreras en la fábrica, no sólo pone en peligro la candidatura aragonesa para este proyecto, sino la pervivencia misma de la fábrica. Y el rechazo frontal expresado por este sindicato resulta, cuando menos, un ejercicio de irresponsabilidad.
La planta de Figueruelas compite con la de Gliwice, en Polonia, por la fabricación de la nueva generación del monovolumen Meriva. Si dicho modelo se traslada a Polonia, ello supondrá al menos la pérdida de 3.000 empleos y, en el peor de los casos, el cierre de la fábrica. No por razones extrañas que escapen al entendimiento de los delegados sindicales, sino, sencillamente, porque a General Motors no le saldrán las cuentas.
La planta de Figueruelas está pensada para fabricar unos 2.000 automóviles al día. Actualmente salen de la cadena de montaje 1.700 unidades diarias. Sin el Meriva, este número caería por debajo de los 1.000.
La respuesta de los trabajadores ante el mayor reto que afronta la empresa en sus más de 23 años de existencia resulta doblemente inexplicable. Primero, porque la propuesta apenas suponía una rebaja media de sueldo de 500 euros anuales, según cálculos de los representantes de UGT en la fábrica. Un sacrificio que debería ser asumible cuando están en juego miles de puestos de trabajo, sobre todo teniendo en cuenta que GM atraviesa la peor crisis financiera de su historia.
Además, con este no, los trabajadores de la factoría aragonesa se desmarcan de los del comité europeo de GM, del de las otras plantas del grupo en Europa, e, incluso, de la de sus rivales Volkswagen y DaimlerChrysler. Todos ellos parecen haber aceptado que la industria europea de la automoción está aquejada de una estructura de costes demasiado alta, y han aceptado recortes para evitar pérdidas de puestos de trabajo y deslocalizaciones. Todos, menos los de Figueruelas.