Botín saca el jugo a la cartera industrial del BCH
La vocación industrial del que fuera Banco Central Hispano (BCH) ha reportado jugosos beneficios al Grupo Santander tras la fusión. La estrategia del banco presidido por Emilio Botín ha sido clara, obtener el máximo rendimiento de la cartera heredada. Y las fórmulas de liquidación, de lo más variado: concursos abiertos, subastas restringidas, negociaciones privadas... pagos en efectivo o canje de acciones. La entidad no ha dudado en utilizar todos los recursos a su alcance para sacar el mayor provecho posible de las acciones en cartera.
En total, el Santander ha obtenido beneficios superiores a los 8.500 millones de euros gracias a las desinversiones, incluyendo las plusvalías latentes procedentes del canje de acciones de Airtel por Vodafone, aunque parte de esa ganancia quedó reducida por la evolución negativa en Bolsa de la operadora de telecomunicaciones.
La estrategia del banco ha diferido en cada caso, aunque siempre persiguiendo la maximización del beneficio. En algunas inversiones, la entidad ha seguido un camino de ida y vuelta: reforzaba su presencia, de tal forma que asumía una posición de control que le proporcionaba mayor capacidad de negociación en el momento de desinvertir.
Es, por ejemplo, el caso de Unión Fenosa. El 22,07% que el viernes vendió el Santander a ACS, y que generó unas plusvalías de 1.160 millones, supone la culminación de un proceso que comenzó cuando en 1999 la entidad fusionada asumió el 10% de la eléctrica que tenía en cartera el BCH. Mediante compras sucesivas, incrementó este porcentaje hasta superar el 22%.
Plusvalías latentes en Airtel
Similar fue el caso de Airtel, convertida en Vodafone. El Santander recibió del BCH una participación equivalente al 14% del capital, presencia que aumentó hasta el 30,5% del total de acciones de la operadora, una situación más holgada que le permitió sacar un buen rendimiento de la operación posterior: logró unas plusvalías latentes brutas de 6.600 millones al canjear ese porcentaje por el 2,8% de Vodafone, si bien posteriormente parte de la ganancia quedó en el camino.
También en telecomunicaciones, el Santander recibió del BCH una opción sobre el 7% de Retevisión, predecesor de Auna, inversión que el BCH tenía aparcada. Tras varias compras, el Santander se convirtió, junto a Endesa y Unión Fenosa, en socio de referencia de la operadora. Hace poco más de un mes, el Santander informó a la CNMV que la plusvalía estimada conjunta de su participación del 32% en Auna por la venta de Amena a France Télécom estaría en torno a los 400 millones de euros.
El caso opuesto lo representa Antena 3: el BCH poseía en el momento de la fusión el 19% de la cadena de televisión que, junto a la participación a través de Banesto y del propio Santander, le llevó a controlar el 38%. Lejos de comprar más acciones, el banco ha reducido su presencia hasta el 14% actual.
En Dragados y Vallehermoso ya tenía paquetes de control y logró venderlos a precio muy superior al de Bolsa. La salida de Dragados le reportó plusvalías superiores a 500 millones tras vender a ACS el 23,5%. También Vallehermoso le reportó notables beneficios: en 2002, vendió el 24.5% a la entonces no cotizada Sacyr, operación con la que ganó cerca de 300 millones.
Cepsa, Urbis y Antena 3, aún bajo su órbita
El acelerado proceso de desinversiones llevado a cabo por el Santander en los últimos años ha adelgazado notablemente la cartera industrial del banco, que ahora cuenta con presencia en Urbis (51,715%), Antena 3 (14,2%) y una participación económica del 32,25% en Cepsa, según el registro de la CNMV.El banco cuenta con la participación en la inmobiliaria Urbis a través de Banesto. Es una de las inversiones en las que el banco ha mostrado voluntad de permanencia.En el caso de Antena 3, por el contrario, el banco ha reducido su presencia desde el 38% que tenía en 1999 hasta el 14% actual, tras las ventas a Telefónica, a Planeta y su socio De Agostini y en el mercado.Por su parte, la participación en Cepsa permanece congelada mientras se resuelve el arbitraje al que llegaron la francesa Total y el Santander por su disputa para hacerse con el control de la petrolera tras la opa lanzada por el Santander sobre el 16% de la compañía. En el proceso, el árbitro holandés ordenó inmovilizar los títulos en poder del banco. El pleito está pendiente de resolución.