ACS gana la puja por Fenosa
Sorpresa final. Cuando todo apuntaba a que el consorcio gallego liderado por Amancio Ortega sería el ganador de la puja por el 22% del Santander en Fenosa, surgió en la escena ACS. La constructora que preside Florentino Pérez se ha convertido en primer accionista de la eléctrica tras pagar al banco 2.219 millones, con una prima del 28%. La irrupción de ACS en Fenosa, que la constructora define como 'una inversión financiera permanente', despierta muchas incógnitas en el sector.
Emilio Botín ha convertido la venta de su 22,07% de Unión Fenosa en una auténtica subasta que se saldó el viernes con la venta de su participación en la eléctrica a la constructora ACS al 'precio extraordinario', según fuentes del banco, de 33 euros la acción. Esto le proporciona unos ingresos de 2.219,3 millones de euros y unas plusvalías de 1.160 millones y ha supuesto el pago de una prima del 28,4% sobre la cotización del jueves (25,70 euros) por parte del comprador.
Cuando todo apuntaba a que el consorcio gallego integrado por Amancio Ortega, propietario de Inditex; Jacinto Rey, presidente de Constructora San José y Caixanova se llevaría el gato al agua, con una oferta (la primera) a 30 euros por título, otros dos grupos, el integrado por la familia Del Pino y Fadesa y un tercero capitaneado por Acciona, presentaron sendas propuestas a 32 euros. Finalmente, la puja quedó cerrada con la sorpresiva oferta de ACS.
La CNMV mantuvo en suspenso la cotización a lo largo de la mañana del viernes de las tres sociedades en liza (el Santander, Fenosa y ACS) hasta que sobre las dos de la tarde, el banco comunicó oficial y escuetamente los términos de la operación. Con esta venta, la entidad abandona totalmente el accionariado de la eléctrica y sus cuatro representantes en el consejo, entre ellos, el propio presidente de la eléctrica, Antonio Basagoiti, presentarán la dimisión.
ACS asegura que se trata de una 'inversión financiera permanente' y que su posición en el capital no será 'de control o dominio'
El nuevo accionista, que no está obligado a lanzar una opa por Fenosa, comunicó a última hora de la tarde que se trata de una 'inversión financiera permanente'. Y puntualiza que adquiere una posición 'importante' en el accionariado, 'aunque no de control o dominio', lo que da una pista sobre el grado de intervención que quiere tener en la eléctrica. Conjuga así, 'el interés económico' con 'un fundamental interés industrial y comercial' en el sector eléctrico en el que ACS trabaja desde hace 60 años. Aunque lo hace a través de actividades auxiliares, como construcción de plantas o instalación de redes eléctricas, entre otras, a través de la división de servicios industriales encabezada por Cobra y Dragados Industrial.
Fuentes de ACS indicaron que se trata de 'una operación estratégica y con vocación de permanencia' y, con ella, añaden, ahonda en la diversificación. Aunque la financiación está a falta de definir, el grupo comunicó a la CNMV que se endeudará para acometerla pidiendo préstamos que garantizará con el paquete que compra en Fenosa (deuda de proyecto). Aun así, la ratio de apalancamiento financiero (deuda sobre patrimonio) se duplicará y 'pasará del 0,7 al 1,6'. ACS prevé que el saldo entre el coste financiero y los resultados que le vaya aportando Fenosa sea positivo. El grupo añade que no tiene 'acuerdo, convenio o concierto con ninguno de los accionistas' de Fenosa y que no tiene 'intención de designar a consejeros que representen más de un tercio'.
Fuentes financieras consideran que Emilio Botín, que nunca está 'decididamente' en ninguna inversión, ha aprovechado 'que se ha abierto el melón eléctrico con la opa sobre Endesa' para vender Fenosa. Y ha sorprendido por partida doble al ceder su participación a una compañía en un sector, como el de la construcción 'que no tiene sinergias' con el eléctrico.
Reacción en el mercado
Tras conocerse la operación de ACS, los analistas intentaron descifrar las intenciones del nuevo accionista de Fenosa que, aunque ha expresado su voluntad de permanencia, crea muchas dudas. Fuentes del sector manejan tres hipótesis. Por un lado, que la operación pueda ser especulativa, algo complicado, ya que el precio pagado es tan alto que no va a permitir mucho margen para la especulación. En segundo lugar, que Florentino Pérez actúe como caballero blanco para una segunda operación o para frustrar la opción gallega. En este sentido, fuentes cercanas a la compañía, que veían factible una fusión con la portuguesa Galp, de haber resultado ganador el consorcio gallego, 'con ACS parece menos probable'.
Pero en este punto, puede toparse con la oposición del resto de los accionistas (Caixa Galicia, Caixanova, la CAM y el Banco Pastor) que, no en vano, igualan la participación del 22% de ACS. De hecho, Caixa Galicia, en la que ha comprado esta semana un 2%, suma ya un 10% del capital.
La reacción entre las cajas ha sido de cautela tras la sorpresa del viernes. 'El jueves por la tarde manejábamos la tesis del grupo de inversores gallegos', apuntan fuentes de las entidades financieras. La consigna es esperar y ver. Aunque fuentes ejecutivas de ACS señalan que las relaciones con las cajas 'son buenas' y que están con algunas en el negocio de autopistas. En el grupo indican que ha tenido contactos con Caixa Galicia en los últimos días.
Por otra parte, fuentes financieras aseguran que el resultado 'ofendió a Amancio Ortega, que se ha sentido utilizado por Botín para incrementar el precio, cuando su oferta estaba cerrada'. Otras fuentes de la operación consideran que el grupo gallego 'no quiso continuar la puja'.
La CNE no analizará la operación
Pese a la envergadura de la compra protagonizada el viernes por ACS sobre una empresa eléctrica con actividades reguladas (la distribución eléctrica es un monopolio natural), la Comisión Nacional de la Energía (CNE) no tiene potestad legal para analizar la operación. En cambio, sí la tiene cuando la empresa compradora del sector energético, como es el caso de la oferta de Gas Natural sobre Endesa que el regulador analiza en estos momentos al amparo del punto 14 de la disposición adicional 11 de la Ley de Hidrocarburos. El hecho de que la CNE se quede sin competencias cuando el comprador es una empresa ajena al sector energético es una 'asimetría legal', según reseñan diversos expertos. 'Al fin y al cabo, sea quien sea el comprador, el objetivo del regulador es evitar que se ponga en riesgo las inversiones en la distribución eléctrica, que tiene la consideración de servicio público y es una concesión estatal', explican.