Los países más ricos elevan la presión sobre los productores de petróleo
Los países del G-7 se reunieron el viernes en Washington, a unos 2.000 kilómetros de la costa del Golfo de México donde el huracán Rita empezaba a descargar su furia sobre parte del corazón petrolero de EE UU. Sus efectos sobre el petróleo dominaron parte de la agenda de la reunión.
Hasta ahora la subida del precio del petróleo y los derivados ha respondido fundamentalmente a un aumento de la demanda que tiene, a su vez, origen en el crecimiento de la economía mundial. Lo que los economistas y los políticos temen es una subida no causada por la demanda sino por problemas de oferta (que se añadan a los ya asumidos por los conflictos en Nigeria e Irak y los problemas de producción y refino por falta de instalaciones). 'Estos problemas en la oferta dan lugar a un alza de precios que enfrían el crecimiento', aseguraba Tim Adams, subsecretario del Tesoro.
A cierre de esta edición no se había hecho público el comunicado tras la reunión, pero, según el Tesoro, los ministros de finanzas y gobernadores tenían previsto hablar de la necesidad de tomar medidas para rebajar la subida a través de mejoras y ampliación de la oferta, propuesta por EE UU.
David Dodge, gobernador del banco canadiense, afirmaba que independientemente de que la situación 'empeore tras Rita, lo que se ha puesto de manifiesto es cuán cerca del límite se está en el mercado del crudo y cómo no tenemos capacidad ociosa ni en refino ni en distribución en América'. El ministro francés de finanzas, Thierry Breton, aseguraba que tanto él como su homólogo británico Gordon Brown van a presionar para que una delegación del G7 visite a los países productores para conocer mejor los actuales niveles de oferta.
Además del crudo, el G-7 tenía previsto dar la bienvenida al inicio simbólico del cambio de política cambiara dado por China.