La insoportable levedad del PP
Según la definición de la Real Academia de la Lengua Española, 'incertidumbre' es la 'falta de certidumbre o certeza' y 'certeza' es 'el conocimiento seguro y claro de algo'.
Para el portavoz de Economía del PP, Miguel Arias Cañete, la subida en un 0,4% en agosto del IPC es debida a 'la incertidumbre que en política económica está generando el Gobierno central'. Así, el término 'incertidumbre' ha pasado a ser la variable que más influye en el índice que mide la variación de los precios y yo tengo la 'certeza' de la falta de conocimiento 'seguro y claro' del señor Cañete en materia de inflación.
Los economistas estaríamos realmente encantados si el responsable de economía del PP nos instruyese a todos acerca de su modelo sobre el mecanismo de traslación a los precios de esa 'incertidumbre' que, a su juicio, el actual Gobierno está produciendo y sobre el impacto que esta variable tiene en la evolución de los precios. Nosotros desconocemos ese modelo y nos basamos, rigurosamente, en la evidencia empírica aportada por los modelos econométricos y en las estadísticas oficiales publicadas que contradicen el pesimismo, monótono, reiterativo y carente de fundamentación del PP desde que está en la oposición.
El responsable de economía del PP ha calificado el dato del mes de agosto de malo, 'sobre todo teniendo en cuenta que es un mes de rebajas'. Valorando los datos de una manera rigurosa, hay que resaltar que la tasa de inflación del mes de agosto se mantuvo estable en el 3,3% mientras que la inflación subyacente redujo su tasa de crecimiento una décima, hasta el 2,4%, situándose en su mínimo desde abril de 2004. Asimismo, el diferencial de inflación con la zona euro se mantuvo estable en torno a los 1,1 puntos porcentuales, que es la media que viene registrando desde 1999.
El señor Cañete, con su falta de rigor económico a la que nos tiene acostumbrados, no ha tenido en cuenta en sus declaraciones el impacto del encarecimiento de los precios energéticos en la inflación del mes de agosto. Pues bien, éstos crecieron ese mes un 11,5% en términos anuales, lo que supone una tasa superior en 11 puntos a la media de crecimiento de los últimos 15 años. Si la contribución del componente energético al IPC hubiera sido la habitual, menos de cuatro décimas, el crecimiento del IPC estaría en el 2,6%, sin duda, un buen dato. ¿Qué diría entonces el señor Cañete? No dudamos de que sus titulares no cambiarían, pues sus valoraciones obedecen a una estrategia orquestada de desgaste continuo sin argumentos, en lugar de acometer una oposición rigurosa y responsable.
Por otra parte, desde el PSOE tenemos la 'certeza' de que en materia de política económica no existe ninguna 'incertidumbre'.
Los agentes económicos y los ciudadanos conocen sobradamente los planes del Ejecutivo y, por tanto, forman sus expectativas en base a la confianza aportada por un Gobierno que ha demostrado su compromiso con la transparencia, el rigor, y las reformas consensuadas con diversas iniciativas. El refuerzo de la estabilidad macroeconómica y presupuestaria, la estrategia de I+D+i, el Plan de Dinamización, el Plan de Infraestructuras y Transportes (PEIT) son, entre otras, medidas que han sido valoradas muy positivamente por organismos nacionales e internacionales.
El FMI califica a España como la octava economía del mundo en términos de PIB y el informe de julio de Morgan Stanley pronostica que la economía española continuará en su ciclo expansivo durante 2006. Las buenas expectativas quedan constatadas por el crecimiento de la economía española en el segundo trimestre de este año, un 3,4%, 2,3 puntos por encima de la zona euro y por la generación de 900.000 empleos en el último año, situándose la tasa de paro por debajo del 10%, lo que no sucedía desde los años setenta. El comportamiento de la Bolsa y de la inversión en bienes de equipo muestran la confianza de los agentes económicos en la buena marcha de la economía española, por mal que, desgraciadamente, le pese al PP.
Así, los juicios leves y sin argumentos quedan rebatidos por una interpretación rigurosa de los datos. Quizás, si como dice el libro, se pudiese vivir dos veces, el PP dejaría de actuar así, aunque en mi opinión en esa segunda vida el PP debería cambiar sus dirigentes, porque con los actuales me parece que sería más de lo mismo.