Más deuda para Madrid
El alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, ha destapado sus cartas para seguir financiando los macroproyectos de inversión en infraestructuras previstos en la capital. Una vez que se ha visto obligado por Bruselas a computar como deuda del Ayuntamiento la de la sociedad Madrid Calle 30, las cuentas del primer municipio del país no salían. Y el alcalde presentó ayer un plan de viabilidad financiera a cuatro años, como marca la ley, para conseguir el equilibrio fiscal en 2008.
Ese pretendido equilibrio entre ingresos y gastos se conseguirá, según Ruiz-Gallardón, sin subir ni uno solo de los principales impuestos locales más allá de las meras actualizaciones por el IPC. El primer edil se intenta salvar así de un nuevo aluvión de críticas de los contribuyentes madrileños, acostumbrados a fuertes subidas de tributos en los últimos años para financiar las incómodas obras que ahora están soportando para soterrar la vía de circunvalación M-30. De paso, consigue también que la dirección del PP no le dé un nuevo toque de atención por subir impuestos mientras que desde la calle Génova se predica lo contrario.
Esta vez el alcalde ha apuntado hacia nuevas tasas pero, sobre todo, a aumentar el endeudamiento. El saldo vivo de la deuda, que ya se encuentra en primer lugar de toda España en términos absolutos, se disparará los próximos ejercicios hasta llegar a un máximo de 6.000 millones de euros -un billón de las antiguas pesetas-. El endeudamiento llegará a alcanzar el 164% de los ingresos corrientes, cuando la ley ordena no sobrepasar el listón del 110%. Un serio peligro para la situación financiera del consistorio, que estará muchos meses en la cuerda floja. El plan necesita del visto bueno del Ministerio de Economía y Hacienda para salir adelante. Es obligación de éste extremar la vigilancia para detectar cualquier tipo de desviación.