Esperanza Aguirre asegura que no dará 'instrucciones políticas' a Blesa
La presidenta madrileña, Esperanza Aguirre, no tiene intención de dar 'instrucciones políticas' al presidente de Caja Madrid, Miguel Blesa, sobre los pasos a seguir para obstaculizar la opa sobre Endesa. Así lo aseguró ayer en una singular rueda de prensa ofrecida junto al vicepresidente económico, Pedro Solbes.
Esperanza Aguirre no había sido citada a las doce del mediodía en Alcalá, 9, sede del Ministerio de Economía, para hablar sobre la opa de Endesa, sino para abordar la liquidación del sistema de financiación de 2003. Sin embargo, la probada locuacidad de la presidenta madrileña provocó que este asunto se abordara dentro de la reunión y también fuera de ella, aunque en esta ocasión a instancias de los periodistas.
Aguirre reconoció que telefoneó al presidente de Caja Madrid, Miguel Blesa, en la misma mañana del lunes 5, al tener conocimiento 'por la prensa' de la posible opa sobre Endesa. 'Me puse en contacto ese día y desde entonces no he vuelto a hablar con él. Caja Madrid hace lo que tiene que hacer y no va a recibir instrucciones políticas por mi parte. Las cajas son, en teoría, organizaciones autónomas que no dependen de los gobiernos...'.
Otra cosa, añadió la presidenta madrileña, es la obligación que, en su opinión, tiene la Comunidad de 'hacer que la competencia se respete'. Así explicó el encargo que le ha hecho al Tribunal regional de Defensa de la Competencia para que estudie la operación. 'Estoy muy preocupada por los consumidores, que ven como se concentra en una sola mano el gas, la electricidad y el petróleo que consumen los madrileños', abundó.
Muy atento a las palabras de Aguirre, Solbes mantuvo ayer que no se dan las dos circunstancias que harían razonable que la opa sobre Endesa fuera examinada por las autoridades comunitarias: ni la operación tiene alcance supranacional ni tampoco cuenta con la 'importancia cuantitativa' que requiere el procedimiento tasado de Bruselas, dijo. No obstante, matizó que 'aunque no es imprescindible' que la opa sea analizada por Bruselas, 'si se dieran los elementos, al Gobierno no le preocuparía'.
El vicepresidente recordó que 'este es un tema entre empresas' y que primero compete estudiarlo al Servicio de la Competencia y, si es necesario, al Tribunal de Defensa de la Competencia, que tendrá tres opciones: decir no, decir sí o decir sí con condiciones. 'Después, la palabra la tendrá el Gobierno y no se lo que opinaré, porque depende del análisis que en términos de competencia haga el Servicio', señaló Solbes.
Esperanza Aguirre hizo un inciso en la rueda de prensa conjunta para matizar que, a día de hoy, el Gobierno aún no ha dicho que la operación tenga que ir al Tribunal de Defensa de la Competencia. Este es uno de los argumentos que la presidenta ha esgrimido en privado ante su partido para defender el encargo de un primer estudio al Tribunal regional que preside Carlos Bustelo.
Barcelona pertenece a España
Cultivador de la prudencia y acostumbrado a medir sus palabras, Solbes no pasó ayer un buen rato en su comparecencia conjunta con Esperanza Aguirre, en un formato que ella mismo propuso al vicepresidente y que, en algunos momentos, llegó a ruborizar a su anfitrión. El primero de ellos llegó cuando la presidenta madrileña se lamentó de que 'la sede de la eléctrica multinacional que es Endesa se traslade fuera del territorio nacional'. A algunos de los presentes, altos cargos de Economía y periodistas se les cambió el semblante. El revuelo político provocado horas después por estas declaraciones, con condenas enérgicas procedentes de numerosos partidos, llevó a la Comunidad de Madrid a rectificar las declaraciones de su presidenta. 'Se refería al traslado de la empresa fuera del territorio regional y no nacional, como por error afirmó', reza el comunicado.Confirmado que Barcelona está en España, otro momento de rubor para Solbes llegó cuando Aguirre calificó los trabajos de la Conferencia de Presidentes celebrada el sábado de 'chalaneo'.