El lapsus de Esperanza Aguirre
El Partido Popular en general -con la destacable excepción de Josep Piqué- y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, en particular, están empeñados en politizar la opa de Gas Natural sobre Endesa, promoviendo la idea de que se trata de una operación con trasfondo político, hecha a la medida del Gobierno catalán. Una tesis que no aguanta ningún análisis, ya que La Caixa hizo patentes sus planes para crear un gran grupo energético nacional mucho antes del nacimiento del llamado tripartito. Si algo ha cambiado frente a intentos anteriores es, sencillamente, que al frente del Ejecutivo no hay políticos que consideren que Madrid es la única capital española digna de albergar la sede de las grandes empresas españolas.
El centralismo exclusivista del PP quedó patente ayer en las palabras de Aguirre, que lamentó el posible traslado de Endesa 'fuera del territorio nacional'. La Comunidad de Madrid emitió más tarde una nota en la que asegura que se trató de un error, pero el lapsus sólo fue corregido tras un durísimo comunicado del PSOE.
La presidenta madrileña señaló también que no dará directrices políticas a Caja Madrid, principal accionista de Endesa, porque las cajas son independientes. Sin embargo, sostiene que esta opa dejaría a la eléctrica en manos de La Caixa, primer accionista de Gas Natural, y, por ende, del temible tripartito.
En su afán por alentar fantasmas de todo tipo, Aguirre está cayendo en inconsistencias y errores de bulto que probablemente restarán muchos votos al Partido Popular tanto en Cataluña como en el resto del territorio nacional. Pero, por encima de todo, la presidenta madrileña debería saber que fomentar la crispación y el enfrentamiento regional de manera gratuita es un lujo que no puede permitirse ningún político, aspire a lo que aspire.