Berlusconi limita el mandato del gobernador del Banco de Italia
El Gobierno italiano ha aprobado finalmente la tan esperada reforma del Banco de Italia, que limita a siete años no renovables el mandato del gobernador de la entidad. Este cargo, que ocupa desde hace 12 años Antonio Fazio, era hasta ahora vitalicio. El cambio, no obstante, no fuerza la dimisión de Fazio, que podría dejar su cargo en octubre de 2006, al cumplir 70 años de edad.
Al final se han cumplido las previsiones y los proyectos frustrados de aumentar su presencia en el mercado bancario italiano del BBVA y del holandés ABN Amro han pasado factura al Banco de Italia.
El Gobierno que encabeza Silvio Berlusconi aprobó el viernes en consejo de ministros una reforma del Banco de Italia que limita a un periodo de siete años no renovables el mandato del gobernador de la entidad, un cargo hasta ahora vitalicio, que ocupa desde 1993 Antonio Fazio.
La decisión se produce en medio de la polémica que ha salpicado al actual gobernador, bajo sospecha de haber favorecido a las entidades italianas Unipol y Banca Popolari Italiana (BPI) frente a los proyectos del BBVA y el holandés ABN Amro por comprar la Banca Nazionale del Lavoro (BNL) y Antonveneta, respectivamente.
El cambio se produce tras la sospecha de que Fazio se opuso a las opas de BBVA y ABN Amro
De hecho, el primer ministro italiano explicó, tras la aprobación de la reforma del banco central, que espera que estas nuevas normas contribuyan a 'devolver credibilidad' al Banco de Italia, cuyo papel en las recientes ofertas de adquisición sobre los dos bancos transalpinos ha sido seguido muy de cerca por la Unión Europea.
La reforma, aprobada por unanimidad por el Consejo de Ministros, debe obtener ahora la luz verde del Parlamento para su entrada en vigor. A pesar de las nuevas normas, Fazio no tendrá que abandonar su cargo ahora, ya que se aplicarán cuando tome posesión del puesto un nuevo gobernador, explicó el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi.
El nuevo texto no menciona una edad determinada para la jubilación del gobernador, aunque en los últimos días se ha barajado la posibilidad de establecerla en 70 años con vistas a que Fazio abandonara en un año su cargo, ya que cumple dicha edad en octubre de 2006.
Ello hubiera 'resuelto', según fuentes financieras italianas la salida del actual gobernador, que había señalado, en medio del aluvión de críticas y acusaciones de parcialidad, que no tenía intención de dimitir.
La transformación del Banco de Italia ha sido aprobada por unanimidad por todos los partidos, incluida la federalista Liga Norte, que desde el principio cerró filas en torno a Fazio y mostró sus reticencias a una reforma que pudiera perjudicarle.
Además del mandato del gobernador, el texto contempla el cambio en el accionariado del Banco de Italia, actualmente controlado en casi un 80% por una decena de grupos bancarios o aseguradoras.
Las nuevas normas prohíben que entidades privadas estén presentes en el capital del banco central, que deberá estar integrado sólo por el Estado, entes públicos y fundaciones.
Entre los grupos privados que poseen una participación relevante en el Banco de Italia se encuentran Intesa, con el 26,8%, Sanpaolo-IMI, con el 17,2%, Capitalia, que controla el 11,2%, Unicredito, con 10,9% y la aseguradora Generali, que cuenta con el 6,3% del capital del banco central.
Unas nuevas normas con cinco puntos centrales
Los cambios del Banco de Italia aprobados el viernes se resumen, según explicó el primer ministro italiano, en cinco puntos: independencia de la banca, redefinición de la propiedad, respeto a los principios de la Unión Europea de carácter colegial y transparente, y mandato del gobernador con un límite de siete años.'El Gobierno ha querido escuchar las razones de los interesados, incluido el gobernador, y después ha aprobado por unanimidad la enmienda', que establece la reforma que se incluirá en una ley sobre el ahorro, aclaró Berlusconi. La nueva norma llega tras la insistente oposición de Fazio a la entrada de la banca extranjera en el sistema italiano. Lleva décadas oponiéndose. En 1999 impidió al BBVA fusionarse con Unicredito.