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PIB

La economía crece al mayor ritmo desde 2001 gracias a la inversión

El producto interior bruto de España creció un 3,4% interanual en el segundo trimestre, una décima más que en el primero. La fortaleza de la inversión, que galopa al 7,5%, lidera la demanda interna, mientras el sector exterior detrae al PIB una décima menos que entre enero y marzo.

España sigue siendo, en estos últimos meses, el principal motor de la renqueante economía europea. El mismo día que Eurostat anunciaba que la zona euro creció un 1,1% en el segundo trimestre, el Instituto Nacional de Estadística elevó la tasa al 3,4% para el caso de España, según los datos de la Contabilidad Nacional. Se trata de la mayor subida de la producción interior desde el segundo trimestre de 2001.

El crecimiento interanual mejora en una décima el conseguido en el primer trimestre, por un comportamiento menos malo del sector exterior, que, aun así, detrajo 2,6 puntos al crecimiento. Las exportaciones de bienes y servicios han recuperado su aportación positiva, un 1,9%, invirtiendo la cifra negativa cosechada entre enero y marzo. También las importaciones han crecido, y mucho: un 8%, dos puntos más que en el primer trimestre.

Pero, sin duda, la faceta que mejor funciona en la economía española es la demanda interna, que mantiene el fuerte ritmo del 6% interanual. De nuevo, ha sido el excelente comportamiento de la inversión en capital fijo (7,5%, medio punto más) la que ha tirado del carro. La inversión en bienes de equipo crece al 10,4%, cifra no observada desde hace un lustro; la construcción mantiene el ritmo, al 5,8%; y la rúbrica de inversión en otros productos (que incluye la destinada a nuevas tecnologías) ganó un punto y medio, hasta crecer al 8,7%.

El secretario de Estado de Economía, David Vegara, recalcó ayer la 'buena noticia' de que las empresas 'se recapitalicen, lo que supone un síntoma de confianza para el futuro'. Vegara dijo compartir esa visión para los próximos trimestres, dado que la economía española 'sigue demostrando su fortaleza'; eso sí: constató que un barril de petróleo a 70 euros 'debe preocupar a todos'. Por lo visto hasta ahora, y por lo que respecta a España, la escalada del crudo está afectando más a la inflación, que no baja del 3,3%, que al crecimiento.

El gasto privado mantiene su avance del 4,8%, mientras que el público se ha moderado en casi un punto, hasta avanzar un 4,6%, por la contención de los salarios del funcionariado y las compras de las administraciones.

Desde el punto de vista de la oferta, la agricultura limita la sangría del último año, perdiendo sólo un 1%; el resto de capítulos mejoran en la misma línea que el trimestre anterior, a excepción de la industria, que crece un 1,3%, seis décimas menos.

El deflactor sigue sobre el IPC

El producto interior bruto a precios corrientes (es decir, sin descontar el efecto de la inflación) creció en el segundo trimestre un 7,7%, según los datos de la Contabilidad Nacional.El índice deflactor del PIB se situó en el 4,2% por tercer trimestre consecutivo. Esta cifra denota la subida de precios general en el proceso productivo, que lleva casi tres años por encima del 4%. El deflactor más acelerado sigue siendo, de largo, el de la construcción, con un 10,3% interanual.Así las cosas, el deflactor del PIB se mantiene por encima del Indice de Precios de Consumo, que valora el encarecimiento para el consumidor final de una cesta de productos básicos. El IPC de agosto se situó en el 3,3%.

Mejoran las exportaciones

Espoleado por la mejora de las exportaciones de bienes y servicios, Vegara cree que el sector exterior mejorará. Por una parte, espera que las medidas del Plan de Dinamización presentado en abril empiecen a dar sus frutos en los próximos meses, mejorando la productividad y, con ella, la competitividad de los productos españoles en el exterior.Por otro lado, Vegara aseguró que los 'síntomas de mejora' de nuestros principales socios comerciales (Francia y Alemania presentaron ayer una reducción del desempleo) se traducirán en mayor demanda. De momento, lo cierto es que la productividad española se ha desacelerado una décima, para crecer un 0,2%, y el sector exterior sigue robando dos puntos y medio al crecimiento.

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