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Irregularidades

Las españolas cotizadas en EE UU abren vías para denuncias anónimas

Las empresas españolas que cotizan en EE UU, como Endesa, Repsol, BBVA, Santander, Telefónica o Telefónica Móviles, deben cumplir con las rigurosas exigencias de la ley Sarbanes-Oxley. Desde principios de este mes, las compañías cotizadas en mercados estadounidense deben disponer de una línea caliente que permita a los empleados denunciar irregularidades de manera anónima. Sin embargo, sólo la eléctrica ha externalizado la gestión de este canal.

æpermil;tica y buen gobierno son asuntos difíciles de legislar. No obstante, la ley estadounidense Sarbanes-Oxley ha tratado de cubrir la mayor parte de estos aspectos y entre sus muchos requisitos ha establecido la obligación de que todas las sociedades que coticen en EE UU cuenten con un canal anónimo a través del cual empleados, y también proveedores y clientes, tengan la oportunidad de denunciar comportamientos que puedan considerarse irregulares desde el punto de vista de los estados financieros, o que sean poco éticos.

En España la exigencia de la Sarbanes-Oxley afecta de plano a empresas que como Telefónica, Telefónica Móviles, Endesa, Repsol, BBVA y Santander, cotizan en los mercados estadounidenses.

Todas las compañías citadas han cumplido con el requisito marcado en esta ley de comenzar el mes de agosto con una nueva herramienta mediante la que el legislador de EE UU intenta evitar la aparición de escándalos del tamaño de los sufridos por Enron, Worldcom, que salieron a la luz pública precisamente por denuncias internas. Una práctica que elevó a Sherron Watkins en el caso de Enron y a Cynthia Cooper, en el de Worldcom, a la consideración de empleados heroicos.

De entre las empresas españolas que cotizan en EE UU y que durante estos días estrenan su canal ético, destaca Endesa. La eléctrica es la única que ha decidido externalizar la gestión de su línea caliente. 'Es verdad que la ley sólo exige que se garantice la confidencialidad de los denunciantes', reconocen fuentes del grupo que preside Manuel Pizarro. 'Sin embargo, creemos que la mejor forma de garantizar el anonimato que sí exige la norma, es a través de un agente externo que sea el encargado de gestionar y tramitar todas las denuncias', explican estas mismas fuentes.

Endesa ha encargado a una compañía estadounidense la tramitación de su canal de denuncias anónimas. Se trata de Ethicspoint, una de las compañías que, junto a otras como Global Compliance Services, Noscross o The Network, se han especializado en EE UU en la gestión de asuntos de buen gobierno.

En el resto de las sociedades obligadas a disponer de una línea de denuncias considera que la decisión de gestionar internamente el servicio de denuncias no pondrá en cuestión la confidencialidad. Todas han puesto en marcha direcciones postales y de internet en las que recibir las denuncias. Por ejemplo, Repsol y BBVA proporcionan las direcciones comisiondeauditoria@repsolypf o actitudresponsable@bbva.com, respectivamente, para que sus plantillas, proveedores o clientes puedan denunciar irregularidades. Telefónica cuenta con un espacio específico en la intranet del grupo y el grupo Santander ha preferido proporcionar a su plantilla, una dirección postal en Cantabria a través de la cual la comisión de auditoría y cumplimiento se compromete a tomar nota de la denuncia.

Eso sí, a cambio de la obligación legal de poner a disposición de los empleados un canal de denuncias y de garantizar el anonimato de los autores de éstas, las empresas recuerdan a sus plantillas que las comunicaciones deben realizarse 'de buena fe' y que las denuncias falsas o malintencionadas pueden acarrear responsabilidades penales o civiles.

Comités con más responsabilidad

La sección 301 de la Ley Sarbanes-Oxley establece la obligación de que las empresas pongan en marcha un canal para recibir denuncias sobre irregularidades de forma anónima.Se trata de una tarea que el punto cuarto de la norma encomienda a los comités de auditoría que, así, añaden nuevas responsabilidades a las que ya tenían.Según la ley, cada comité establecerá los procedimientos que considere adecuados para recibir y gestionar las denuncias y para asegurar la confidencialidad de éstas.

Empleado informado

De nada vale un canal de denuncia si los empleados no conocen su existencia y su funcionamiento y desconfían de la garantía de anonimato. Los expertos creen que la externalización del servicio ofrece un extra de confidencialidad que puede animar a su uso.

Las encuestas avalan la eficacia del anonimato

Las líneas confidenciales para la denuncia de irregularidades no son una invención de los autores de la ley Sarbanes-Oxley. Muchas empresas las han utilizado incluso antes de que la norma las hiciera obligatorias. Y en España, algunas empresas, como Amper, que no están obligadas por la legislación estadounidense han puesto en marcha un canal de comunicación anónimo a través del que 'se pretende incrementar la transparencia y la fiabilidad de la información', según asegura la compañía en su informe de buen gobierno.Además de la imagen de transparencia, las encuestas parecen avalar la eficacia de estos métodos, al menos en Estados Unidos, ya que en España los expertos en buen gobierno dudan de la eficacia de su implantación. Según un informe elaborado en 2004 por una asociación profesional estadounidense (Association of Certified Fraud Examiners), las empresas de EE UU que disponen de líneas para la denuncia anónima de fraudes los sufren en menor medida que aquellas que no cuentan con esta herramienta. Puede tratarse de un elemento disuasorio.Y, según un estudio elaborado por Ernst & Young, cerca del 40% de todos los fraudes que sufren las compañías se previenen o se detectan por denuncias anónimas, realizadas tanto desde dentro como desde fuera de las empresas. El informe de la firma de servicios profesionales también destaca que las compañías pierden una media de entre el 2% y el 5% de su facturación como resultado de algún tipo de fraude o de robo. Y el 80% de los encuestados dice estar convencido de que las irregularidades contables pueden prevenirse.

El éxito depende de la cultura

'Veo difícil que este tipo de canales de denuncia de irregularidades pueda ser realmente útil en las empresas españolas'. Así de contundente se muestra Miguel Trías Sagnier, catedrático de derecho mercantil y socio de Cuatrecasas especializado en buen gobierno.La culpa, dice, la tiene el desconocimiento y la diferencia de culturas. En primer lugar, porque a pesar de que las empresas españolas que cotizan en Estados Unidos cumplan a rajatabla con la Sarbanes-Oxley, existe 'un desconocimiento enorme de sus requerimientos en España'. Y por otro, porque en opinión de este experto, en nuestro país prima la intimidad. 'Allí (en Estados Unidos) las cuestiones públicas tienen más trascendencia, pero para nosotros lo público es lo ajeno'.Es una opinión que coincide con la de otros expertos en buen gobierno que prefieren no revelar su identidad, pero que aseguran de manera tajante que estas líneas calientes no tendrán éxito en España.Una falta de confianza en los canales anónimos para la denuncia de irregularidades que no es privativa de los españoles. Algunos analistas estadounidenses también consideran que la medida, que sí ha sido acogida con agrado en su país, no funcionará en Europa, donde las reminiscencias de la II Guerra Mundial o de la era comunista pueden conducir a los empleados a asociar las denuncias de posibles fraudes con la actitud de un chivato.

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