Concesiones sospechosas
La Comunidad de Madrid anunció el pasado viernes la concesión de 40 nuevos canales de televisión digital. Y el reparto no ha podido ser más parcial y exento de cualquier respeto hacia la pluralidad informativa. De esas cuatro decenas de canales, diez serán explotados por ayuntamientos. Y de los 30 restantes, la mayoría han ido a parar a personas claramente vinculadas al PP o a ardientes defensores de sus tesis más extremas. En concreto, las empresas premiadas por Esperanza Aguirre han sido: Canal de Televisión del Arzobispado de Madrid, Canal 7 TV, Homo Virtualis, Kiss TV Digital, Libertad Digital TV, Televisión Digital Madrid, Unedisa Telecomunicaciones, Uniprex Televisión e Iniciativas Radiofónicas y de TV. Un conjunto de nombres detrás de los que figuran, directa o indirectamente, personas como Enrique Cerezo, empresario cinematográfico y presidente del Atlético de Madrid; Pedro J. Ramírez, director del diario El Mundo; Federico Jiménez Losantos, Alberto Recarte, Julio Ariza o José Manuel Lara, editor de La Razón. La Iglesia recibe concesiones a través del Arzobispado y de la Conferencia Episcopal, sin contar a otros adjudicatarios vinculados a la COPE.
Sorprende muy especialmente la exclusión de empresas con contrastada experiencia en el mundo de la comunicación, en general, y de la televisión local en particular. Son casos como el de Tele5, Prensa Ibérica o la Asociación de Televisiones Locales. Aunque el descarte más llamativo es el de Localia -propiedad del grupo Prisa, editor de Cinco Días-, posiblemente la cadena con más trayectoria en el ámbito de la información local de la región. Localia mantiene emisiones en ocho de las diez demarcaciones que salieron a concurso desde hace cinco años y ha abierto hasta nueve centros de producción en diversas localidades de la región. Además, en este lustro Localia ha generado 140 puestos de trabajo directos y más de 50 indirectos. El vicepresidente de la Comunidad, Ignacio González, esgrimió como una de las justificaciones de la decisión que el reparto 'impulsará el empleo en el sector'.
Una vez conocida la sospechosa decisión, la tormenta política no se ha hecho esperar. El PSOE ya adelantó el pasado viernes que 'pedirá explicaciones al Gobierno regional sobre los criterios y procedimientos utilizados en la adjudicación de los nuevos canales digitales de televisión', ya que considera que se han otorgado por 'amiguismo y afinidad política'. E Izquierda Unida afirmó que la adjudicación es 'una vuelta de tuerca más' de los intereses que persigue el Ejecutivo madrileño.
Aunque, en realidad, llueve sobre mojado. Esperanza Aguirre ha seguido la línea marcada por el ya ex presidente de la Xunta de Galicia, Manuel Fraga, que aprovechó sus últimos días en el cargo para conceder canales de televisión regionales a grupos próximos, pese a que las urnas ya habían dictaminado su derrota política. Es necesario, por la salud democrática y por el bien de la pluralidad informativa de la Comunidad de Madrid, que el equipo de la presidenta Aguirre explique con la máxima transparencia el criterio utilizado para llegar a una decisión tan incomprensible. Y debe hacerlo con urgencia. La sombra del amiguismo, de la parcialidad, es una lacra demasiado pesada para un político que se dice liberal y defensor de la pluralidad.