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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

El declive de la inversión exterior

Los últimos datos confirman un brusco descenso de la inversión extranjera en España, un fenómeno paralelo al de la salida de las empresas nacionales al exterior. La inversión neta en España cayó un 47% el año pasado y se situó en 7.187 millones de euros, en parte debido a grandes desinversiones -multinacionales que vendieron sus participadas españolas- y en parte por el récord de compras en el exterior por empresas españolas.

España, tradicional receptor de inversiones de las multinacionales en las últimas décadas, tiene desde 1996 un saldo negativo en este terreno. Es razonable pensar que, alcanzado un nivel de desarrollo como el que hoy disfruta, España se ha vuelto menos atractiva para la inversión exterior y a la vez sus empresas son más poderosas a escala global. Desde este punto de vista la deslocalización de la producción hacia economías emergentes -España lo fue en el pasado, pero ahora lo son países como Rumanía, Turquía, India o China- es una tendencia difícil de rebatir.

Pero hay matices alarmantes en las cifras conocidas ayer. La inversión extranjera en España se ha concentrado el pasado año casi al 90% en las entidades de tenencia de valores extranjeros (ETVE), unas sociedades meramente instrumentales creadas en el año 2000 por el Gobierno del PP con el reclamo de la exención de pagar impuestos, siguiendo el modelo holandés. La figura pretendía que España tenga más peso en la toma de decisiones por multinacionales, pero la experiencia revela que este tipo de sociedades se radican en un país u otro únicamente bajo criterios fiscales, sin que ello condicione la estrategia empresarial que se adopta en otro lugar. Lo que España debe captar es inversión productiva, que no llegará por los beneficios fiscales para las sociedades pantalla. Más valdría utilizar la política fiscal y otras, en la línea de otros países europeos, para incentivar la actividad empresarial que de verdad crea riqueza y empleo. Es comprensible por qué llega menos inversión a España, pero es importante que la que llegue sirva para algo.

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