Las Bolsas recuperan el pulso tras los atentados
Los mercados recuperaron el viernes casi todo lo perdido tras el atentado del día anterior en Londres
Después de las caídas tampoco demasiado bruscas de las Bolsas europeas a lo largo de la jornada del jueves a raíz del brutal atentado en Londres, la calma volvió a los mercados en la jornada siguiente, reacción que ha sorprendido incluso a los analistas.
El Ibex 35, el Euro Stoxx 50 y el Footsie 100 británico cerraron la sesión del jueves con retrocesos del 1,9%, el 1,7% y el 1,3% respectivamente. En momentos puntuales de la sesión las pérdidas rondaron el 4%, aunque hay que recordar que los mercados habían abierto a la baja antes incluso de conocerse los ataques. Las ventas del 7-J se transformaron en compras ayer permitiendo a los índices recuperar todo o casi todo lo perdido en tan fatídica jornada. El selectivo español, por ejemplo, ganó un 1,54%, el segundo mejor comportamiento del año. En EE UU, el Dow Jones cerró ya en positivo el jueves, con una subida del 0,31% y a media sesión del viernes ganaba un 1,17%, aupado por los buenos datos de empleo.
A pesar de tan serena reacción a los atentados, éstos han vuelto a elevar la prima de riesgo de la renta variable. Un ejemplo de ello es que el dinero sigue fluyendo hacia la renta fija. La rentabilidad del bono alemán (que se mueve de informa inversa al precio), que el jueves marcó nuevos mínimos históricos al caer un 1,12%, ayer no logró recuperarse. Por su parte, el precio del petróleo, que sufrió caídas en picado durante la jornada del jueves ante el temor a una recesión por los atentados, terminó por recuperarse en esa misma sesión, prosiguiendo ayer su escalada (el barril de Brent cerró el viernes a 59,6 dólares).
'Sí hubo nerviosismo el jueves, pero la capacidad de reacción ha sido impresionante', señala Javier Estrada, director de inversiones de Morgan Stanley. Como otros expertos consultados, Estrada destaca que la experiencia muestra que 'estos duros episodios se superan. En el primero, tras el atentado del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York, se creyó que el impacto en el comercio mundial iba a ser muy fuerte, pero no fue así'. 'Y ahora tampoco va a tener influencia en la marcha de la economía mundial e, incluso, es posible que ni siquiera disminuya el índice de confianza de los consumidores'.
Un dato que también muestra la rápida vuelta a la normalidad de las Bolsas es el del volumen de contratación. Mientras que el jueves se disparó ayer volvió a niveles más normales.
'Siempre que se produce un atentado terrorista los mercados sobrerreaccionan de forma negativa, aunque luego corrigen ese comportamiento', manifiesta David Burns, director general de Schroders en España. Además, según este experto, puede que parte de esa caída inicial esté apoyada por elevadas ventas a corto de determinados inversores que 'aprovechan la tendencia para hacer plusvalías'. En opinión de Burns, 'quizá los sucesos de Londres hayan provocado que los inversores adelantaran la corrección técnica inevitable que ya se preveía por la subida acumulada por los mercados en el año y por la llegada del verano'.
Por su parte, Estefanía Ponte, analista de Fortis Bank, destaca que las estadísticas acerca del comportamiento de los Bolsas demuestran 'que cada vez el impacto en los mercados de estos actos terroristas es menor. Se asume más rápidamente y en esta ocasión apenas se ha podido hablar de pánico'. Ponte cree que este último atentado quizá pueda tener efectos más duraderos en algunos valores británicos.
En esta línea se muestra, David Cano, de Analistas Financieros. 'Aunque sea duro, estamos aprendiendo por la experiencia que hay que minimizar el impacto que estos sucesos pueden tener en la economía mundial, la cual es los suficientemente fuerte como para no verse deteriorada por los ataques'. En su opinión, hacen daño, 'pero no consiguen impactar significativamente en las expectativas de los consumidores y en la demanda'. Para Cano, con la reaparición del terror se puede perder dinamismo, 'pero no se entra en recesión'. El experto de AFI estima que la reacción de los mercados se trata, a veces, de una excusa para deshacer posiciones.
'Ahora, un día después, las Bolsas vuelven a centrarse en el precio del petróleo', asegura José Carlos Díez. El responsable de análisis de Intermoney destaca la sustancial diferencia entre el tiempo que tardaron en retomar el pulso los índices bursátiles tras el 11-S, 'que precisaron un periodo largo'; después del 11-M el plazo de recuperación ya fue más corto; mientras que el tiempo de mejoría tras el atentado de Londres ha sido 'espectacular'.
Díez estima, no obstante, que la influencia del atentado puede ser más significativa en tierras británicas, cuya economía ya está en el camino de la desaceleración económica. 'En el Reino Unido, las ventas minoristas crecían un 6,1% en noviembre de 2004 y en mayo se habían desacelerado hasta el 1,3%. Y el crecimiento de los precios de la vivienda era del 20% en septiembre de 2004 y en mayo de este año fue del 3,7%'. El impacto a escala mundial, sin embargo, no será significativo: 'el mayor foco del crecimiento de la economía está en China, y ese país no se ve afectado por el acto terrorista de Londres', manifiesta este experto.
Desde Merrill Lynch afirman que el ataque no va hacerles modificar sus previsiones de crecimiento del PIB estadounidense ni las estimaciones sobre la política monetaria de la Reserva Federal. 'En cuanto al impacto económico inmediato, creemos que sólo indicadores como la confianza de los consumidores serán los únicos afectados', señala K. Bostajanic, economista del banco de inversión estadounidense. 'En realidad, en cierto sentido, este ataque podría impulsar la actividad económica, en la medida en que el gasto interior y el de defensa aumente. Además, la caída de las rentabilidades de los bonos a 10 años podrían provocar una nueva ola de refinanciación muy positiva para la economía', añade Bostajanic.
Cautela
Pese a la calmada reacción de la Bolsa, Juan José Fernández-Figares, responsable de análisis de Link Securities, afirma 'que se impone una estrategia de inversión marcada por la cautela'. Si el atentado de Londres queda como un hecho aislado, 'el comportamiento de los mercados será normal'. No obstante, este experto reconoce que, en cualquier caso, 'se trata de un toque de atención' y quizá los mercados se vuelvan más sensibles a determinadas noticias. 'Podemos entrar en una fase de titubeos en los principales índices', advierte.
A los inversores minoristas, Fernández-Figares les recomienda que no pierdan los nervios. 'No deben deshacer de forma precipitada su cartera en renta variable. Si acaso, en aquellos valores en los que se acumulen importantes plusvalías, hacer beneficios', indica.
Javier Estrada, de Morgan Stanley, manifiesta que los mercados vuelven a estar más pendientes 'de los resultados empresariales, de los tipos de interés y de la evolución de la cotización del petróleo'. Y, aunque destaca que el jueves hubo un movimiento hacia activos refugio como los bonos, no cree que sea una tendencia que vaya a repetirse. 'No vemos inflación y las curvas de los tipos de interés están planas. Creo que Europa mantendrá el precio del dinero ya que no hay razones para que bajen más', detalla.
El director de renta variable de Morgan Stanley sí considera que el atentado puede añadir nervios al ya tensionado mercado del petróleo. A su juicio, la cotización próxima a los 60 dólares del barril de crudo se debe en parte a situaciones de incertidumbre geopolítica. Por ello, señala que los acontecimientos del jueves pueden endurecer la política del eje británico-estadounidense en el Golfo Pérsico, con la consiguiente presión en los precios del petróleo. Este tema se uniría al resultado electoral en Irán, que no ha gustado en Occidente.
Ante esta situación, Estrada defiende la entrada en valores ligados al petróleo y gas, pero sólo para operaciones muy a corto plazo. Y añade que esos valores serán más estables cuando el crudo baje al nivel de los 55 dólares. También las empresas relacionadas con otras materias primas, como el aluminio y cobre, están dentro de sus recomendaciones. Al igual que otros operadores, Estrada no ha variado su estrategia de inversión por los sucesos de Londres.
No obstante, mantiene la cautela respecto a los valores más afectados por estos acontecimientos como son aerolíneas, hoteleras, aseguradoras y empresas de lujo. Pero cautela moderada ya que esas empresas iniciaron el viernes su recuperación.
En este sentido, Nelly de los Toyos, de BPI, señala que lo que primó el viernes fue la compra de los valores que más bajaron. 'Se buscaron gangas, y los operadores enseguida reaccionaron tomando posiciones'. Todavía, no obstante, cree que quedaban oportunidades en grandes valores y en petróleo. Como otros expertos señala que el mercado ya estaba más pendiente el viernes de datos como los inventario de petróleo o lo del empleo de EE UU que del terrorismo.
Los analistas de Ibersecurities señalan que la exposición de los valores hoteleros españoles en Londres no es importante. 'Es algo mayor para Iberia, quien mantiene un acuerdo con British Airways, pero también creemos que el efecto será limitado'. Sobre el sector de seguros, añaden que 'con gran probabilidad no habrá indemnizaciones millonarias como en el 11-S'. De esa forma, mantienen su consejo de comprar para Catalana , Axa e ING. En construcción, no aprecian grandes efectos, salvo en Ferrovial, aunque el viernes subió un 1,3%.
Los mercados tardan cada vez menos en sobreponerse
Con el recuento de fallecidos y heridos aún sin cerrar en Londres, resulta casi obsceno decirlo, pero lo cierto es que los mercados financieros, desde el ataque a las Torres Gemelas en Nueva York, se han acostumbrado a convivir con los atentados terroristas como un factor más que eleva la prima de riesgo de las inversiones.Dos hechos avalan esta fría conclusión. En primer lugar, los índices bursátiles tardan cada vez menos jornadas en recuperar los niveles previos a los ataques. Y, en segundo término, desde los bancos de inversión más importantes ya se distribuyen el mismo día de los atentados entre sus clientes minuciosos informes acerca de cómo se comportaron las Bolsas en situaciones de terror anteriores.El 11 de septiembre de 2001, cuanto EE UU vivió el mayor ataque en su propio país desde la II Guerra Mundial, el Ibex 35 cayó un 4,56% y entró, como el resto de mercados mundiales, en una espiral bajista ante el escenario desconocido que se abría de la que tardó 25 sesiones en recuperarse y recobrar el nivel previo a los atentados.En el caso de la matanza de Atocha, el selectivo cayó sólo un 2,18% el 11 de marzo (cedió un 4,15% el día 15, jornada posterior a la victoria socialista en las elecciones) y sólo tardó 14 sesiones en recuperar el nivel que tenía el 10 de marzo.Ahora, tras los atentados de Londres, la Bolsa ha recuperado en tan sólo una sesión casi todo lo perdido.'El 11-S fue un impacto desconocido, masivo y provocó consecuencias económicas importantes como fue el inicio de políticas económicas y fiscales expansivas, jamás vistas. En Madrid los cambios sólo fueron de orden político', explica Bill Dudley, economista de Goldman Sachs, en un informe.
Caídas leves entre los más afectados
Como ocurrió en ocasiones precedentes, las compañías hoteleras, aerolíneas y aseguradoras fueron las más afectadas en Bolsa el pasado jueves tras conocerse el ataque terrorista en Londres. Sin embargo, en la sesión del viernes las compras volvieron y estos valores consiguieron cerrar el balance de las dos últimas sesiones con descensos inferiores en todos los casos al 2%. En este periodo, por ejemplo, Iberia cedió sólo un 1,26% y Mapfre un 1,99%.El triste suceso vivido en el corazón financiero europeo sí que sirvió para que los inversores hicieran efectivas las plusvalías acumuladas en algunos de los valores que mejor comportamiento han tenido desde enero. De otra forma no se explicaría que dos empresas en teoría defensivas como son Sacyr Vallehermoso y FCC estén entre los que presentan un peor comportamiento en las dos últimas sesiones dentro del Ibex 35, con caídas del 1,41% y del 1,07% respectivamente.En momentos de incertidumbre los ahorradores buscan valores líquidos, en los que no se vean atrapados por sí hay una avalancha de órdenes de venta. Por eso, empresas como Prisa y Acciona, que cuentan con accionistas de referencia, se vieron también entre las más penalizadas el jueves, aunque ayer enjuagaron las pérdidas.Ferrovial, a través de Amey, y Santander, tras la compra del Abbey, son dos de los valores más expuestos al mercado británico. En el caso de la entidad financiera sus acciones perdieron un 2,26% el jueves, aunque el viernes repuntaron un 1,78%. 'Es una buena oportunidad de compra. El mercado ha sobrerreaccionado al impacto del atentado', según Ibersecurities.