Las aerolíneas acusan a los controladores de disparar los costes aéreos
La patronal mundial de las aerolíneas denuncia que España es el cuarto país de Europa con las autopistas aéreas más caras. El peaje por el control de los aviones subió el 10% desde 2000, cinco veces más que la media del continente. El director general de IATA ha advertido a responsables de Fomento y AENA que los sueldos de los controladores suponen el 70% de los costes y son los culpables de una situación que penaliza a la aviación civil y al turismo español.
La guerra de las compañías aéreas para conseguir una reducción general de sus costes, ante el alza del crudo y el acoso de las compañías de vuelos baratos, ha llegado al mundo del control de la navegación aérea. La poderosa patronal de este sector, IATA, se ha embarcado en una campaña para denunciar a aquellos países cuyos precios de las ayudas al sobrevuelo se sitúan entre los más caros. España es uno de ellos.
Un informe de la patronal señala que las tarifas del control aéreo sobre el territorio peninsular son las cuartas más altas de Europa en 2005. Su precio básico por ruta aérea es de 71,95 euros, y sólo es superado por Suiza, Bélgica/Luxemburgo y Reino Unido, con tarifas entre los 82,76 y los 86,48 euros.
La tasa básica en el espacio de control de Canarias se sitúa en el noveno lugar más caro con 66,05 euros por contacto, por encima de zonas como Roma, Francia o cualquiera de los países nórdicos. Mientras, el control aéreo sobre Irlanda, Turquía, la República Checa y la zona portuguesa de Santa María son las más baratas con precios por contacto que van de los 31,09 a 14,98 euros.
La patronal denuncia que el sueldo de los controladores supone en España el 70% de los costes del servicio
El director general de IATA, Giovanni Bisigna, se ha entrevistado recientemente con la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, y con el presidente de AENA (el ente público responsable del control aéreo), Manuel Azuaga. En sus reuniones advirtió a sus interlocutores que, desde el punto de vista de IATA, los precios del control de navegación en la Península y en Canarias están condicionados por los elevados sueldos que cobran los controladores españoles.
Bisigna transmitió la grave preocupación de sus asociados sobre las negativas consecuencias que el incremento de los precios de navegación tienen sobre el negocio de la aviación comercial y el turismo español.
Según los datos que maneja IATA, las tarifas de control en las zonas españolas de Eurocontrol subieron el 10% desde el año 2000, frente a un crecimiento de la media europea del 2,2%. Los costes para la prestación de los servicios se dispararon un 11% desde 2002, frente al 4,3% de la media. Dentro de este apartado, los costes imputables a los sueldos de los 2.220 controladores aéreos subieron el 14,3%, el triple que el resto de sus compañeros continentales.
IATA denuncia que el 70% de los costes del servicio español son imputables a los ingresos de los controladores. Este porcentaje es del 58% como promedio en el resto de los países.
La patronal de la aerolíneas asegura que la productividad de los trabajadores de los centros de control en Madrid, Barcelona y Sevilla se encuentra por debajo de la media europea. IATA propone, igualmente, que se reduzcan de cinco a tres los centros de control de tráfico españoles y considera 'inexplicable' que los precios del control de tráfico de la zona de Canarias la sitúen en el noveno lugar más caro dentro del escenario continental.
IATA, por otra parte, critica que las tasas aeroportuarias suban sistemáticamente en función de la inflación y que con el dinero que se recauda en los rentables aeropuertos grandes se financie el déficit de los pequeños.
El USCA dice que el gasto se va en nuevo equipamiento
Juan Gil, presidente del sindicato de controladores, USCA, afirma que España ha sido entre 1972 y 2001 'el país con el control aéreo más barato'. Ahora los precios han subido porque 'en los últimos tiempos se ha realizado un gran esfuerzo para modernizar el equipamiento. Por ello, en este momento España tiene el sistema más avanzado del continente'. Gil rechaza la acusación de que sean los sueldos de los controladores los que eleven las tarifas del control nacional. Del mismo modo rechaza la idea de reducir el número de centros de control en el territorio peninsular. 'Lo único que se lograría es quitar algunos edificios que ya tenemos, porque los sectores serían los mismos'. El presidente de USCA recuerda que en temas de control aéreo 'la política de ahorro a toda costa suele ser contradictoria con el mantenimiento de los estándares mínimos de seguridad'.