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Reestructuración

Sony cierra una planta en Reino Unido y potencia la de Barcelona

Sony ha reestructurado su división de electrónica de consumo en Europa con el anuncio del cierre de la factoría de tubos catódicos para televisores de la localidad galesa de Bridgend (Reino Unido) y la reducción de parte de la plantilla del centro cercano de Pencoed (mantendrá la producción de cámaras de vídeo). En total, el grupo japonés prescindirá de 650 empleos en Gales. El aumento exponencial de la demanda de televisores planos ha acelerado la decisión.

La reordenación supondrá el traspaso de toda la producción europea de televisores tradicionales de tubo a la factoría de Eslovaquia, que ya recibió hace dos años parte de la producción de las gamas más pequeñas que se fabricaban en la planta española de Viladecavalls (Barcelona). Este último centro trasladará ahora la capacidad de 500.000 receptores analógicos de tubo que aún se fabrican en un plazo de tres meses. En cambio, la factoría española duplicará la producción de televisores de pantalla plana (TFT y LCD).

De esta forma, Sony pasará de producir 1,2 millones de televisores de tubo en el ejercicio fiscal de 2004 cerrado en marzo pasado, a trasladar a Eslovaquia la fabricación programada citada de 0,5 millones de unidades. Por contra, aumentará de los 600.000 receptores planos del ejercicio pasado a 1,3 millones en 2005.

Tanto la empresa como los representantes sindicales señalaron que la decisión de concentrar en Eslovaquia las gamas de menor valor añadido beneficia a la factoría de Viladecavalls, que acelera el cambio tecnológico hacia la especialización de televisores digitales, sin reducir el nivel de empleo a corto plazo.

Sony cuenta con una plantilla que oscila entre las 1.800 y 2.000 empleados, dependiendo de la contratación temporal. Sin embargo, la compañía iniciará en breve negociaciones con los sindicatos para concretar medidas de flexibilidad que permitan producir series más cortas y ajustadas a la demanda.

Flexibilidad

La factoría de Barcelona duplica la producción de televisores de pantalla plana (TFT y LCD) de las 0,6 millones de unidades a los 1,3 millones, a cambio de negociar con los sindicatos fórmulas de flexibilidad para producir series más cortas y ajustadas.

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