El Gobierno lanza un plan para cerrar la brecha tecnológica
España no alcanzará el esfuerzo inversor en I+D de la Unión Europea hasta dentro de 15 años, según el informe publicado ayer por la fundación Cotec. El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, presentará hoy un plan denominado 'Compromiso Ingenio 2010' con el que se pretende lograr este objetivo en sólo cinco años .
Las conclusiones de los expertos, expuestas ayer, son claras: de continuar el esfuerzo de los últimos años, España no alcanzaría la media europea de inversión en I+D (2% del producto interior bruto) hasta dentro de 15 años. Es mucho tiempo, y además hay un problema añadido: los líderes de esta clasificación incrementarán también su esfuerzo para acercarse al 3% que invierten Japón o Estados Unidos. Así, la fundación Cotec avisa en su informe de la necesidad de acelerar el proceso para lograr la convergencia 'mucho antes'.
El Gobierno recogió el guante al momento: la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega se comprometió a alcanzar el deseado esfuerzo inversor del 2% del PIB en la tercera parte del tiempo hasta ahora estimado. La nueva fecha es 2010, lo que equivale a casi duplicar el actual 1,1% en apenas cinco años. 'El reto necesita del apoyo de los Gobiernos autonómicos y locales, además de las empresas', explicó De la Vega, antes de asegurar que el Ejecutivo no defraudará las expectativas creadas.
El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, presentará hoy mismo un programa específico de impulso a la investigación, el desarrollo y la innovación.
La presentación del informe anual de Cotec fue clausurada por el Rey don Juan Carlos, su presidente de honor, quien afirmó que 'sin desarrollo tecnológico no hay desarrollo sostenible'.
Cotec, una fundación empresarial para la promoción de la tecnología creada en el año 1990, aglutina a expertos de decenas de empresas punteras en ese campo. Su presidente, José Ángel Sánchez Asiaín, afirmó que el gasto empresarial en I+D ha crecido de media un 13% anual desde hace diez años, lo que calificó como 'un éxito' que, sin embargo, 'no puede dejarnos tranquilos', dados los bajos valores de los que se partía. Y es que otro de los motivos de preocupación, según los expertos de Cotec, es el excesivo peso de la iniciativa pública en el I+D español: sólo un 29% de los investigadores españoles trabajan en el sector privado, si bien disponen del 54% del gasto nacional.
La OCDE sugiere como relación idónea que el sector privado represente el 66% del esfuerzo inversor en este campo. En 2003, el porcentaje de inversión en I+D fue del 0,5% del PIB para el sector público y del 0,6% para el privado.
Otro reto que plantea Cotec es el 'excesivo número de proyectos de pequeña dimensión', lo que, a juicio de Asiaín, dificultará la percepción de ayudas europeas en los próximos años. La Unión Europea realizará un importante esfuerzo inversor en investigación y desarrollo en los próximos años, en un intento de recuperar el terreno perdido para cumplir con la Agenda de Lisboa.
El informe señala que la mayoría de los proyectos de innovación resultan en mejoras de procesos, siendo claramente 'insuficiente' el número de mejoras tecnológicas aplicables a los productos finales.
El incierto destino del esfuerzo inversor
Una de las claves para comprender el peso real de la inversión en I+D es su comparación con el capital tecnológico acumulado. En otras palabras: la ampliación presupuestaria supone un esfuerzo, aunque puede lograrse en un plazo temporal breve. La verdadera dificultad reside en trasladar ese esfuerzo a proyectos concretos con visos de obtener resultados. En este apartado la situación española también es preocupante: el cociente entre exportaciones e importaciones de productos de alta tecnología era 0,45 en 2002. Es decir, por cada euro que se vendía en productos tecnológicos, se compraban más de dos. Lo peor es que esta dependencia tecnológica no está mejorando: en 1996 la relación era de 0,47. Los datos para la esperanza se observan en el número de artículos científicos publicados (2,8% del total mundial) y en el porcentaje de jóvenes ocupados que tiene estudios superiores (36%, frente al 28% de la UE).