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Televisión

Cablevisión vuelve a ser una empresa familiar

Los Dolan no han sido siempre una familia en la que haya habido una total armonía. Durante algunos meses Charles F. Dolan, de 78 años, el patriarca, no cruzó palabra con su hijo James. Y eso era un problema, porque Charles Dolan es el presidente fundador de Cablevisión, la sexta compañía proveedora de cable en EE UU (y la primera en Nueva York) y James el consejero delegado de la misma empresa. Aunque las relaciones de esta familia, seguidas por inversores, analistas y columnistas de la alta sociedad neoyorquina han ido mejorando, los Dolan han decidido retirarse de parte del foco informativo y han anunciado que sacan su empresa de la Bolsa.

La familia posee el 20% de las acciones, pero tiene el 71% de los derechos de voto de esta empresa que no sólo proporciona servicio de cable sino que además controla activos de entretenimiento de la ciudad como el Madison Square Garden y el Radio City Music Hall, los equipos New York Knicks y New York Rangers y varios canales de televisión. Ahora quieren comprar el porcentaje que no poseen con una oferta de compra a sus accionistas valorada en 7.900 millones de dólares y segregar el negocio de entretenimiento que permanecerá en los mercados.

En una carta al consejo, Charles y James Dolan explicaban el domingo que el negocio del cable podría ir mejor si se apartaban de la Bolsa y de la presión sobre la gestión que ejerce la necesidad de cubrir unos objetivos de resultados trimestrales.

'Como saben, con las nuevas tecnologías y los competidores redefiniendo los contenidos, el negocio del cable y la televisión han entrado en una nueva y complicada era', exponían, para aclarar posteriormente que esto obliga a mantener una gestión centrada 'en el lago plazo, no constreñida con la tendencia del mercado de enfocarse a los resultados a corto'. Este movimiento refleja además la convicción de la familia que controla la empresa de que el mercado no está valorando adecuadamente sus activos, algo que ocurre porque los analistas están apostando en este mismo negocio por la nueva competencia que plantean a las compañías de cable las proveedoras de televisión por satélite y las telefónicas tradicionales que están introduciéndose en el mercado de la televisión.

A esta comunicación hecha pública ayer y firmada por los dos ejecutivos, le han precedido seis meses de disputas en el seno de la familia y en el consejo por la orientación de la estrategia de futuro. En este tiempo, Charles Dolan se enfrentó a un grupo de consejeros y a su propio hijo James por la conveniencia de expandir una empresa de televisión por satélite que pierde dinero llamada Voom.

Charles terminó reemplazando a varios de los consejeros que se le opusieron por personas más cercanas. Además de este episodio, Cablevisión ha hecho una fallida oferta de compra de los activos de Adelphia (adquirida después por Time Warner y Comcast) y James Dolan ha protagonizado (con éxito) una intensa campaña contra los planes para construir cerca del Madison Square Garden el nuevo estadio de los New York Jets, un proyecto apoyado por el alcalde de la ciudad, Michael Bloomberg, que ha dejado muy distantes las relaciones entre la poderosa alcaldía y la empresa.

Padre e hijo se han reconciliado pero han decidido que sus caminos no deben cruzarse tanto en el futuro. El diseño de la oferta presentada ayer valora la acción de la compañía en 33,50 dólares (un 25% más que el precio de cierre del viernes). De ellos se abonarán 21 a los accionistas y el valor restante, 12,5 dólares, se retribuirá con acciones de Rainbow Media. Al frente de esta compañía de entretenimiento, que el año pasado fue responsable de una facturación de 1.800 millones de dólares, se situará como consejero delegado James Dolan, mientras que su padre Charles continuará en la presidencia de Cablevisión cuyos negocios clave serán el cable de televisión y servicios de telefonía residencial a través de internet.

Una tendencia contagiosa

La exclusión de Bolsa de Cablevisión es la tercera en este sector en menos de un año. A finales de 2004, el conglomerado de medios Cox Enterprises, dueños del 62% de Cox Communications (el tercer proveedor del país), sacó de Bolsa a esta empresa, y en marzo Insight Communications, el noveno operador, hizo lo propio. Esta tendencia tiene sus raíces en la escasa valoración del mercado por la fuerte competencia en el negocio que plantean las telefónicas y las empresas de televisión digital.Cablevisión tuvo en el primer trimestre unas pérdidas de 119 millones de dólares.

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