Encañonando a KPMG
Es impresionante observar que, a pesar del reciente revés por su condena a Arthur Andersen, el Departamento de Justicia de EE UU vuelva a repetir el mismo error otra vez.
Nos referimos a las noticias de que Justicia pueda procesar a toda la firma de auditoría KPMG por obstrucción a la justicia y la venta de servicios fiscales de legalidad dudosa. Como demostró el caso Andersen, una acusación contra una compañía suele ser una sentencia de muerte, sea cual sea el resultado legal final.
En el caso de KPMG, casi todos los responsables por cualquier fraude (...) han sido despedidos por la empresa (...). Un proceso corporativo puede ahorrar tiempo y esfuerzo a Justicia, pero al coste de quitar el trabajo a 18.200 trabajadores inocentes en EE UU (...).
Una acusación a KPMG también perjudicaría a sus clientes quienes, gracias al asesinato de Andersen, ahora sólo tienen cuatro firmas gigantes de auditoría para elegir. La desaparición de KPMG reduciría esa cifra a tres. Cómo puede eso ayudar a la competencia en el sector auditor y a la gobernabilidad corporativa, está fuera de nuestra comprensión (...).
Si los antiguos socios de KPMG quebrantaron la ley, procésenles. Pero no castiguen a empleados inocentes y a la economía.