Tarjeta roja en seguridad
Millones de estadounidenses contemplan estupefactos desde el pasado fin de semana lo que puede ser el mayor agujero de la historia en la seguridad del sector financiero. Las compañías de tarjetas Visa y MasterCard han activado la alarma porque un fallo informático de la subcontrata CardSystems Solutions ha puesto en peligro la confidencialidad de datos personales y financieros de los titulares de 40 millones de tarjetas de crédito de diferentes entidades. En manos de piratas informáticos, esos datos pueden degenerar en un fraude masivo. CardSystems, que hace las transferencias de pagos entre el banco del consumidor que usa la tarjeta y el de la tienda donde compra, ha reconocido su error por almacenarlos.
Pero el caso confirma que, también en EE UU, la seguridad informática puede tener grietas preocupantes. Y no por descuido de los usuarios. La lista de casos de pérdida de datos de clientes o de sus propios empleados, por bancos y otras empresas y en cualquier parte del mundo, es para echarse a temblar. Los medios electrónicos de pago se han extendido de manera irrefrenable -sólo en España, el volumen de transacciones con tarjetas representa el 8,8% del PIB-. Y los datos personales ya son una materia prima de primer orden. Pero unos y otros pierden su sentido sin seguridad.