El jerez se moviliza para poner coto a las prácticas vinícolas de EE UU
El vino de Jerez se ha puesto en pie de guerra en defensa de un acuerdo vinícola entre Europa y EE UU que no consagre en este país prácticas como la utilización del término sherry para referirse a caldos imitadores. En su batalla, los vinos andaluces se han enfrentado a la Federación Española del Vino (FEV) y han sellado una alianza comercial con otras denominaciones de origen perjudicadas en la UE como el oporto y el champagne.
El acuerdo vinícola con EE UU lleva en gestación desde 1984. Desde entonces, el actual pacto que permite a EE UU prácticas enológicas impensables en Europa como añadir al vino agua o virutas de roble se ha ido prorrogando al tiempo que se debilitaba la posición comunitaria por la vía de los hechos consumados. Pero el sector ha dicho basta y quiere cerrar un pacto antes de final de año.
Precisamente el plazo ha sido el detonante para que salieran a la luz las distintas sensibilidades dentro del sector español. La FEV deslizó la semana pasada la posibilidad de que EE UU rompiera la negociación e intentara ganar la pugna con una denuncia ante la OMC si no se firmaba un acuerdo de forma inminente. El pacto consistiría, según denunció el Consejo de los Vinos de Jerez, en firmar en este mismo mes de junio con el argumento de evitar una guerra comercial, dando por buenas las prácticas enológicas norteamericanas. En una segunda fase se negociaría la polémica cuestión de los semigenéricos, que es España también afecta a los vinos de Málaga. Este asunto, que consagra las imitaciones en EE UU, no afecta a denominaciones tan poderosas en España como el Rioja, ya que este nombre no se utiliza en ese país para designar un tipo de vino como sí ocurre con el jerez, al málaga o el oporto.
La respuesta del Jerez no se hizo esperar: está movilizando a las administraciones y a todo el sector nacional y europeo en favor de agotar los plazos del diálogo hasta final de año y no posponer la polémica de los semigenéricos, salvo que sea con la garantías de un férreo calendario a seguir. Así lo explican César Saldaña, director general del Consejo Regulador, y Bosco Torremocha, secretario de los bodegueros de Fedejerez. El sector andaluz dice contar ya con el apoyo de la Junta de Andalucía y del propio Gobierno central.
La airada reacción ha llevado a la FEV a recomponer su primera visión del asunto. Su secretario general, Pau Roca, ha matizado que la federación y Jerez están ya 'en la misma línea' de agotar los plazos de la negociación y exigir garantías de que se acabará con los genéricos. Roca, que aboga por el pragmatismo, advierte sin embargo que una guerra comercial con EE UU o una denuncia internacional contra la UE perjudicaría principalmente al sector europeo. Una de las principales razones es que el 70% de las importaciones de vinos pasan por un sólo punto (Nueva York), por lo que es fácil imponer barreras comerciales muy efectivas. El secretario general de la FEV espera sin embargo que prevalezca en los negociadores norteamericanos el peso del mercado comunitario. A su juicio, está en juego el modelo vinícola que imperará en el mundo.
Estados Unidos es el principal mercado exterior del Jerez después de la UE. Frente a unas ventas con denominación de origen de 3.400.000 botellas, se comercializan en el país norteamericano otros diez millones de botellas de falso jerez, uno de los caldos más copiados del mundo. Esa competencia hace que 'perdamos mercado y se asocie nuestro nombre a un mal producto', lamenta César Saldaña. EE UU es también una buena plaza para el resto de vinos españoles, que venden en este mercado el 9% de sus exportaciones.
En su ofensiva, el jerez recabará los apoyos de todas las denominaciones de origen españolas y ha firmado una alianza con el oporto y el champagne para su promoción y comercialización conjunta en EE UU.