El banco central garantiza la credibilidad del euro pese a la crisis política
El BCE cumplió ayer dos años con los tipos de interés paralizados en el 2%. Su presidente, Jean-Claude Trichet, se mostró, no obstante, presto a reaccionar si la tormenta política desatada por la fallida ratificación de la Constitución europea acabara afectando a la estabilidad monetaria de la zona.
En tiempos de tormenta, el Banco Central Europeo cumplirá con su deber. Y su deber es, como ayer volvió a recordar su presidente, Jean-Claude Trichet, mantener la estabilidad de precios en la zona euro. 'El no de Francia y Holanda ha elevado nuestro sentimiento de responsabilidad', afirmó. 'Necesitamos elevar la confianza en estas circunstancias excepcionales, por lo que estamos resueltos a garantizar unos precios estables y una moneda creíble'. La galerna política provocada por los rotundos rechazos de Francia y Holanda a la Constitución Europea se une a la debilidad de la economía de los Doce. Y el ambiente de crisis ha llegado a desatar comentarios -desmentidos por los responsables políticos- sobre una posible salida de Alemania de la Unión Monetaria. Trichet fue ayer muy claro al respecto: 'Es como sugerir que California, Florida o Alaska pasen a tener una moneda distinta del dólar'.
En medio de la crisis de confianza, Trichet da un paso al frente, y se presenta como garante de la estabilidad. De entrada, el BCE dejó ayer intactos en el 2% los tipos de interés de referencia en la Unión Económica y Monetaria, cumpliendo ya dos años desde la última modificación (una bajada de medio punto). Trichet sale así al paso de las peticiones de analistas y líderes políticos que solicitan una reducción de tipos para impulsar la lánguida economía de la zona euro.
La política monetaria centrada en la estabilidad de precios y despreocupada del crecimiento ha sido, precisamente, una de las armas esgrimidas por los partidarios del no en Francia. Ese bando critica también la omnipotencia que está adquiriendo el BCE ante la falta de un contrapeso político. La Constitución no prevé nada para arreglar esa situación.
Tras reunirse con el Consejo de Gobierno del BCE, Trichet dejó ayer claras sus prioridades: 'Si estuviese pensando en un recorte de tipos, lo diría', descartó cualquier movimiento a la baja el responsable monetario de la zona euro. 'De hecho, si los riesgos inflacionistas repuntan, el BCE está preparado para elevar el precio del dinero'. Eludió pronunciarse, en cambio, sobre la depreciación del euro frente al dólar durante las semanas previas al referéndum francés y la caída del 2% de su cotización frente al dólar tras el no del domingo. Es 'el funcionamiento normal de los mercados', afirmó, corroborado por una jornada en la que el euro recuperó buena parte del terreno perdido.
Los tipos siguen en el 2% pese a las presiones
La decisión del BCE de dejar los tipos en el 2% por vigesimo quinto mes consecutivo deja claro que Trichet no se deja influir por las presiones políticas, como la del primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, que han pedido una bajada de tipos para dar aire a la economía.Pero, por primera vez en muchos meses, también discrepa de la opinión del llamado Consejo en la Sombra, un grupo de 18 expertos que incluye varios asesores del BCE, analistas empresariales y catedráticos. Las decisiones del organismo emisor en los últimos meses han coincidido con la recomendación de este grupo, pero la norma se ha roto en la última reunión. Por primera vez en más de un año, son mayoría los miembros del Consejo en la Sombra que recomiendan una bajada de tipos de interés.Ocho de los dieciocho expertos piden un recorte de tipos, dos más que en el mes pasado. Cuatro apuestan por elevar el precio del dinero, mientras que otros seis recomiendan mantenerlo (decisión adoptada finalmente por el Consejo de Gobierno del BCE). En general, los partidarios de reducir tipos se centran en los pobres indicadores de confianza en la economía, mientras que sus opositores opinan que esos índices representan un grado de pesimismo que no se corresponde con los fundamentos económicos reales. Sin embargo, las encuestas de PMI, que se basan en pedidos y no en estados de ánimo, también son débiles.En la parte positiva parece situarse la inflación: 17 de los 18 miembros del grupo creen que la evolución de los precios será benigna el próximo año. Sin embargo, los partidarios de subir tipos arguyen que el exceso de liquidez puede hinchar las burbujas de los mercados de activos.