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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Una salida para la Constitución

Los países partidarios de la Constitución europea siguen ganando por goleada (9 a 2) a las filas del no. Pero la derrota del texto en el referéndum holandés de ayer, tras la del domingo en Francia, coloca en vía muerta el proceso de ratificación iniciado hace seis meses y que debía concluir en noviembre de 2006.

De nada sirve negar la evidencia cuando la opinión pública de dos fundadores de la Unión ha rechazado tajantemente el proyecto. La profesión de fe en continuar con el proceso tras el domingo era una muestra de respeto ante el inminente pronunciamiento holandés. Pero mantener igual discurso tras otra victoria del no es aferrarse a un espejismo. Y sólo dará credibilidad a las acusaciones de arrogancia y falta de sensibilidad política que los líderes comunitarios han escuchado en las campañas previas a los dos referendos perdidos.

El Consejo Europeo del próximo 16 de junio debe hacerse cargo de la situación y dar una respuesta que permita superar la grave crisis en que está sumida la Unión. Parece difícil que Jacques Chirac pueda convocar una nueva consulta antes de la elecciones francesas de 2007. Sería, por tanto, irresponsable pedir a otros líderes que se jueguen el año que viene la estabilidad política de su país para refrendar un texto que no tiene garantizada su entrada en vigor. La salida más recomendable es dejar en hibernación el proyecto uno o dos años, hasta que en varias capitales soplen vientos económicos y políticos más favorables a la integración. La cuarentena permitiría, además, acabar con el riesgo de contagio por la abultada victoria del no en Francia.

Cabe entender la previsible resistencia a esa congelación entre los que, como España, ya han ratificado el texto. Pero obcecarse en seguir el proceso puede abocar a una desbandada de los países más reacios a celebrar la consulta, lo que agravaría más la situación. El presidente de la Comisión, José Manuel Barroso, pidió ayer acertadamente que se eviten medidas unilaterales que puedan poner en peligro el consenso. La respuesta debe ser conjunta, porque la crisis es europea.

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