El 'non' francés tampoco hace feliz a Estados Unidos

Ningún líder europeo puede permitirse ignorar, minimizar o dejar de explicar el sonoro rechazo por los electores franceses (...) a la Constitución europea (...). El referéndum galo ha mostrado una Europa que sufre una seria crisis de identidad. Es especialmente llamativo que la participación fuese tan alta (70%), tan claramente negativa (55%) y contraria a tantas cosas, desde Chirac hasta Turquía (...).

La principal cuestión es qué quiere decir el non para Europa (...). El borrador de la Constitución europea parece bastante muerto (...), aunque la UE no corre el peligro de desmoronarse (...). Pero tampoco hay nada que haga que Washington deba sentirse feliz con respecto a este traspié de la UE (...) porque necesita ayuda en el mundo, y preferentemente de aliados fuertes y con valores similares. Más que nunca, EE UU necesita una Europa fuerte y unida.

Pensando en positivo, la rebelión popular ha llamado la atención sobre problemas que se han dejado de lado largo tiempo. Es una señal clara de que los líderes europeos necesitan forjar vínculos genuinos y democráticos con su público. Y si los líderes creen en una Unión Europea, es hora de que (...) hagan un debate abierto y público sobre (...) las maneras de hacer la Unión más fuerte, amplia y democrática.