La infraestructura es la llave del éxito en el acceso a medicamentos
El mundo subdesarrollado, especialmente en muchas áreas del África subsahariana, sigue muy lejos de tener acceso a los medicamentos esenciales. Prueba de ello es que en un informe de la OMS de finales del año pasado se indicaba que sólo 700.000 personas en el mundo subdesarrollado tienen acceso a tratamientos del VIH/sida dentro de la iniciativa 'Tres millones para 2005'.
No obstante, en una nación donde el acceso a los antirretrovirales está más extendido, la India -donde el 98% de los medicamentos son genéricos y donde las farmacéuticas locales producen masivamente para el propio país y para otras naciones en vías de desarrollo-, los resultados no son lo esperanzadores que cabe esperar. 'Todavía existen muchas barreras de infraestructura, culturales y de distancia geográfica que son difíciles de superar', explica Moncho Ferrer, quien está llamado a tomar el relevo de su primogenitor, Vicente Ferrer, creador de la fundación que lleva su nombre en la localidad india de Anantapur.
Entre las primeras dificultades, destaca Moncho Ferrer el hecho de que a los pacientes de la India 'es muy difícil hacerles ver que el medicamento muchas veces no supone una cura inmediata y les cuesta seguir un tratamiento continuado', algo esencial en enfermedades como el VIH/sida. En este punto de vista coincide Thejomoorthy Karavadi, jefe de farmacia de la Fundación Vicente Ferrer, quien apunta que el problema se acrecienta 'a medida que enfermedades crónicas como la diabetes se hacen más prevalecientes' en los países menos desarrollados.
'El 98% de los fármacos en la India son genéricos'
Difícil acceso
Las enormes distancias y dificultad orográfica de acceso hasta las poblaciones más recónditas es otro de los escollos que enfatiza Moncho Ferrer, quien añade que muchas veces, y ante la falta de infraestructuras públicas eficaces, 'es la propia gente de la Fundación la que se acerca a las aldeas a detectar los problemas de salud porque los enfermos no acuden al hospital a menos que estén realmente graves' y abastecerles de los tratamientos farmacológicos necesarios.
Para hacer frente a esta situación, la fundación también ha puesto en marcha un sistema de dispensación de medicamentos gratuito en los centros sanitarios que ha construido en el Estado indio de Andra. El sistema aspira a ser un modelo en la India e incluye la dispensación de las dosis exactas para el paciente, que se facilita en un sobre con símbolos que dan información sobre el momento y número de tomas para los enfermos analfabetos. No obstante, desde la fundación se insta a los pacientes a que acudan a sus farmacias con regularidad para tener más control sobre el tratamiento.
El mercado farmacéutico de la India tiene como características fundamentales una fuerte atomización empresarial, con más de 5.000 compañías, y fuerte presencia de copias genéricas. Muestra de ello es que el principio activo que más factura en India (valdecoxib, con 16,1 millones de euros) tenía en el momento en que se lanzó el producto original (Bextra) 52 versiones distintas.
No obstante, el nuevo régimen de propiedad intelectual que desde enero de este año ha adoptado la India llevará a un proceso de consolidación empresarial y a una mayor presencia de los productos protegidos con patente. Lo primero se debe a que el reconocimiento de la exclusividad comercial de los medicamentos de nuevo lanzamiento atraerá a las multinacionales farmacéuticas a abrirse paso en el país mediante adquisiciones. Lo segundo radica en que la normativa no sólo afectará a los fármacos que se lancen a partir de este año, sino también a los que eran patentables desde 1995.
Según Jesús Acebillo, presidente de Novartis en España y responsable de mercados emergentes de la multinacional suiza, el punto de inflexión de la política india se debe a que las compañías farmacéuticas indias 'una vez que han conseguido controlar el mercado de genéricos, están en posición de investigar en la 'primera división', y por ello ahora potencian las patentes'.
Una visión integral de la ayuda al desarrollo humanitario
La filosofía de la Fundación Vicente Ferrer, que de una manera u otra beneficia a dos millones de personas en la región india de Anantapur, pasa más por una visión de desarrollo integral que por la de planes de acción concretos en materias específicas 'como suelen hacer muchas ONG', explica Moncho Ferrer, hijo del fundador de esta organización. Además del ámbito sanitario -donde se incluye la creación y mantenimiento de hospitales, el abastecimiento de medicamentos, la planificación familiar o la formación de profesionales de la salud-, la fundación ha puesto en marcha iniciativas de planificación hidrográfica, construcción de viviendas y modernización de sistemas de cultivo, entre un largo etcétera de actividades de desarrollo sostenible. A pesar de que esta fundación española está generando grandes avances, Ferrer afirma que no se reciben suficientes fondos de la Administración, que no considera la India como 'una región prioritaria' de ayuda.