El automóvil cambia de modelo

El sector automovilístico atraviesa un proceso de remodelación acorde con la profunda transformación que ha experimentado la economía mundial en los últimos tres lustros. El crecimiento de la industria en el sudeste asiático, con el telón de fondo de una demanda internacional que se frena en los países más industrializados, está provocando el desplazamiento de las tres grandes de EE UU (GM, Ford y Chrysler; esta última ya en el grupo Daimler) como firmas dominantes a escala global.

Dos hechos de los últimos días han venido a confirmar esta nueva realidad de manera contundente. Por un lado, la degradación de la calidad de las deudas de GM y Ford a la categoría de bonos basura, como resultado de sus pésimos resultados trimestrales y sus malas perspectivas, respectivamente. En segundo lugar, los beneficios obtenidos por Toyota en 2004, que ganó lo mismo que la suma de lo conseguido por GM, Ford y DaimlerChrysler. Así, la primera empresa de Japón supera ampliamente a GM, la compañía líder de EE UU y del mundo.

La cada vez mayor penetración de las compañías japonesas (Toyota, Nissan y Honda) en el mercado estadounidense es otro de los datos de relevancia. Los tres grandes de Detroit retroceden, año tras año, en su propio país y en el mundo frente a las asiáticas. En 1990, GM, Ford y Chrysler controlaban el 72% del mercado mundial. En 2004, apenas el 57%. Se prevé, además, que en los próximos cinco años esas tres firmas dejen de representar el 75% de la producción de vehículos de EE UU del año pasado a niveles del 67%.

EE UU sigue siendo el primer productor, con 12 millones de unidades, frente a los 10,5 millones de Japón. Pero la producción de Asia ya supera en cuatro millones la de Europa y en cinco la de Norteamérica. Las ventajas de costes laborales y de tipo de cambio de los países asiáticos, sumadas al dinamismo de sus mercados, amenaza con desencadenar una crisis aún mayor en el automóvil occidental y un cambio completo en el mapa del sector a escala mundial.