Alemania exige conocer los sueldos de los altos cargos
El Gobierno alemán ha presentado un proyecto de ley que obligará a las compañías a publicar individualmente las retribuciones de cada miembro de la presidencia. La propuesta podría ser aprobada antes del verano a pesar de la oposición de los afectados.
Josef Ackermann, presidente de Deutsche Bank, fue el año pasado el directivo mejor pagado del índice Dax, donde cotizan las treinta primeras empresas de la Bolsa de Fráncfort. Entre componentes fijos y variables, Ackermann percibió en 2004 un total de 10,08 millones de euros. Detrás de él, aunque a bastante distancia, está Heinrich von Pierer, ex presidente del grupo Siemens, con 4,64 millones de euros.
Deutsche Bank y Siemens son dos de las 21 empresas del Dax que hacen públicas las remuneraciones de sus directivos. De las demás, entre las que se encuentra la empresa química Basf, DaimlerChrysler o la reaseguradora Münchener Rück, poco o nada se sabe.
Esta situación podría cambiar a partir del próximo año si sale adelante una iniciativa de la ministra alemana de Justicia, Brigitte Zypries, para obligar a las empresas que cotizan en bolsa a ser más transparentes. El proyecto de ley, presentado en marzo, obligará a estas compañías a publicar individualmente las retribuciones de cada uno de los miembros de su presidencia. Además, tendrán que detallar los componentes fijos y variables del salario e indicar también las remuneraciones con incentivo a largo plazo como las opciones sobre acciones.
La ministra espera que su partido apruebe la propuesta antes del verano para que entre en vigor como tarde este otoño.
No obstante, las compañías podrán abstenerse de cumplir la ley si logran el apoyo para ello de un 75% de su capital. Esta excepción se conoce ya en Alemania como 'ley Wiedeking', en alusión a Wendelin Wiedeking, presidente de Porsche, una firma que podrá acogerse con toda seguridad a esta opción porque todas las acciones con derecho a voto están en manos de las familias Porsche y Piech.
Entre los empresarios, el rechazo a los planes de Zypries ha sido casi unánime. Nikolaus von Bomhard, presidente de la reaseguradora Münchener Rück criticó abiertamente la medida en la rueda de prensa anual de la firma. 'Ante un mercado laboral con 5,2 millones de parados, me pregunto cuáles son las prioridades reales de este gobierno', dijo von Bomhard, cuya firma no facilita información alguna sobre los sueldos de sus directivos.
Su colega Michael Frenzel, presidente del touroperador TUI, considera que se trata de una decisión política. 'Los inversores no esperan esto de nosotros', afirmó recientemente Frenzel, que en 2004 cobró en total unos 3,22 millones de euros.
Las agrupaciones de accionistas tampoco están de acuerdo con el proyecto de ley, aunque por otros motivos. Jürgen Kurz, portavoz de DSW, principal asociación de protección del accionista de Alemania, dijo a Cinco Días que la propuesta 'ayudará a aumentar la transparencia de las empresas, pero no va suficientemente lejos'.
DSW critica, sobre todo, dos puntos de la futura legislación. Por un lado, considera una equivocación la llamada 'ley Wiedeking'. 'Acabará creando dos clases de compañías', consideró Kurz. Por otra parte, la DSW lamenta que no se haya aprovechado la medida para introducir una 'estandarización' en la publicación de los sueldos, como ocurre en Gran Bretaña. 'Se deja mucho margen de maniobra a las empresas sin fijar unos estándares a la hora de publicar los datos', dijo Kurz.
Los directivos temen que se equiparen las remuneraciones
El presidente del Commerzbank, Klaus-Peter Müller, ha expresado en voz alta uno de los principales temores de los altos ejecutivos al conocer esta nueva ley. Müller teme que la transparencia lleve a una igualación de los salarios en las altas esferas empresariales.'Se hablará sobre quién gana más o menos y, para ahorrar discusiones, las retribuciones se acabarán igualando', dijo Müller en una entrevista con la prensa germana.Otros presidentes han mostrado gran preocupación por el hecho de que su sueldo salga en los periódico podría poner en peligro a las familias de los directivos.